Está representada de pie y vestida con el hábito de los carmelitas, en el rostro se le ve la marca de lo que fue la toca integral a la talla. Esta última es sumamente fina, la Santa eleva la vista en posición de éxtasis, los grandes ojos tienen pestañas naturales; porta la pluma símbolo de su actividad como reformadora teológica de la orden y doctora de la Iglesia, título adquirido por sus textos filosóficos. Esta imagen es el altar del Carmen, comparte el sitio con San Juan de la Cruz, conocido como el más grande poeta místico del Virreinato.