En El Pequeño Oratorio De La Orden, Se Encuentran Tres Figuras: En El Altar, Una Pintura Sobre Lámina De Nuestra Señora Del Refugio Y En Los Laterales, Dos Esculturas, Una De San Antonio De Padua Y Otra De San Francisco.
Esta Imagen De San Antonio De Padua Parece Corresponder A Ese Tipo De Pintura Religiosa De Principios Del Siglo Xix Que Todavía Conserva Resabios Importantes De La Calidad De Siglos Anteriores. Esto Es Particularmente Notorio En La Cabeza Y Las Manos Del Santo, De Actitud Reconcentrada. Los Ojos Ven Hacia Abajo Y La Boca Cerrada Genera Sin Embargo Un Cierto Movimiento En Las Mejillas. Esto Le Da Expresividad Al Conjunto Del Rostro, Así Como El Movimiento De Las Cejas, Muy Arqueadas. El Cuerpo Repite El Quiebre De Caderas Que Fue Característico En Las Esculturas Del Siglo Xvi, Además De La Pierna Adelantada Y La Rodilla Doblada Levemente.
En Cambio, La Figura Del Niño Jesús Que El Santo Sostiene Con Uno De Sus Brazos, No Tiene Ninguna Expresión, Los Ojos Miran Fijamente Al Frente Y Las Manos Abiertas Se Extienden Hacia El Vacío.
