Cristo Yacente

Descripción del bien mueble

Representa a Cristo Yacente luego de haber sido descendido de la cruz y colocado en la sepultura. Se trata de una escultura de brazos móviles, está vestida, aunque no es una figura para vestir. Tiene una peluca de cabello natural y porta una corona de espinas de latón. Una costumbre heredada de España fue la "Ceremonia del Descendimiento" por lo que se elaboraron Cristos articulados en la cabeza, brazos y piernas para efectuar con ella el Descendimiento y ser posteriormente colocada en sus andas para salir por las calles. El naturalismo barroco del siglo XVIII produjo una serie de esculturas dolientes muy populares entre las que sobresalen los Cristos procesionales, con posturas de un realismo que sobrepasa algunas veces los límites de la crueldad, la sangre se desborda por las heridas abiertas. Dentro de los temas pasionarios mas representados son el Cristo Rey de Burlas, El Señor de la Columna, La Crucifixión, El Descendimiento, La Piedad y el Santo Entierro. No hay una connotación directa en los evangelios que describa a Cristo en su sepulcro, solo se hace referencia a los preparativos para su embalsamamiento. La iconografía del Cristo yacente tal y como hoy la conocemos, no aparece hasta el siglo XVI, sus orígenes parten de las advocaciones que hacían referencia a la Piedad y el Descendimiento, también toma parte del misticismo surgido con la contrarreforma y el Concilio de Trento y, por supuesto, de la Orden Franciscana que era la encargada de la custodia del Santo Sepulcro de Jerusalén. Las primeras representaciones de Cristo muerto antes del sepulcro se encuentran en la obra pictórica de Rafael y Andrea Mantegma, el tema es conocido como: la Piedad. En la Escuela Castellana del siglo XVII, es donde la representación del Cristo Yacente encuentra su esplendor, de la mano de Gregorio Fernández, paralelamente a la escuela andaluza: en ambos casos se toma como referencia la Sábana Santa de Turín.