Crucifijo de tres clavos, con peluca de pelo natural y corona de latón, tiene una policromía en tonalidad obscura y porta un sendal de tela de manufactura moderna. La talla es sencilla en cuanto al movimiento del cuerpo pero de muy buena calidad, atendiendo de manera especial la expresión dolorosa del rostro. Se llama crucifijo a la imagen pintada o esculpida que representa a Cristo clavado en la cruz, como obra artística para la devoción, veneración o culto. Aparece en la iconografía cristiana hasta el siglo V. La fórmula iconográfica tradicional es: desnudo con un lienzo desde la cintura hasta las rodillas, llamado también paño de pureza. Originalmente Cristo está sujeto a la cruz por cuatro clavos, o sea con los pies separados, pero desde el siglo VIII se generaliza el Cristo de tres clavos superponiendo un pie al otro.