Pintura que representa a un hombre joven imberbe, vestido con el hábito franciscano; con la mano derecha sostiene una cruz y con la izquierda sostiene su hábito dentro del cual vemos varias flores; este personaje representa a San Diego de Alcalá, hermano lego en la orden de San Francisco. Nació en 1400 en San Nicolás del Puerto, Sevilla, muerto en Alcalá de Henares en 1463. Piadoso desde niño, se dejó guiar por un monje y luego ingresó al monasterio de Arrizafe en la Orden de los Frailes Menores como hermano lego. En 1450 fue en peregrinación a Roma, durante la cual prestó sus servicios como enfermero. Cubrió humildemente los oficios de portero, enfermero, cocinero y jardinero en los conventos de Arrizafe, Fuenteventura, Sevilla, Salcera, Ara Coeli y Alcalá. Se distinguió por su piedad, caridad, recogimiento espiritual, arrebatos místicos y sus numerosos milagros. Fue canonizado por el Papa Sixto V en julio de 1588. Viste el hábito franciscano: túnica con capucha, escapulario y cordón. Se le presenta joven e imberbe, aunque alcanzó los sesenta años de edad. Son sus atributos unas llaves por haber sido portero y cocinero del convento. Las escenas de su vida se refieren a sus prácticas de caridad: asistiendo enfermos, repartiendo la comida a los pobres, salvando a un niño de un horno, curando a un ciego. También figura en su iconografía la aparición del Niño Jesús al santo. Se presenta joven, con hábito de lego franciscano (túnica simple), escapulario y cordón. Abundan sus representaciones, siendo sus atributos más comunes una cruz en la mano (símbolo de vida de penitencia); con rosas recogidas en el escapulario a modo de delantal (representación de la caridad con los pobres, común con otros santos); en éxtasis abrazado a una gran cruz.
Observaciones del bien mueble
Pintura que se encuentra en un avanzado estado de deterioro, el bastidor está roto, la tela sin tensión, con roturas, la capa pictórica abrasionada y sucia.
