Son un par de ángeles pintados al óleo sobre tela, pero pegados de orígen a una tabla recortada siguiendo la silueta de la imagen pintada.
Tiene una leyenda en el reverso que dice:
"Propiedad de la Srita. Guadalupe Castillo, pintado en Tecamachalco por José María Huesca, a 30 de junio de 1890".