Se pueden ver dos ángeles entre nubes con flores , uno de ellos sostiene una rosa en su mano izquierda. En la iconografía cristiana, la rosa se considera relacionada con la sangre de Jesús, sangre que es alimento de la vida espiritual del cristiano. La rosa nació - se dice - de las gotas de dicha sangre derramada, o bien actúa como cáliz donde la misma se recoge. Desde la Edad Media es también un símbolo mariano: la Virgen es llamada "Rosa sin espinas", recoge esta idea Dante cuando designa a la Virgen María en la Divina Comedia: "ahí está la rosa en que el Verbo Divino se encarnó" (Paraíso, 23).