Imagen principal
Clave del bien mueble
MX-SC-DGSMPC-BM-000385-000000-067
Número de Cédula
0067
Tipo de objeto (texto)
Escultura
Tipo de objeto
Nombre o título del objeto
Cruz
Inmueble de pertenencia
Nombre del Inmueble
San Francisco
Estudio Monográfico
Nombre del Inmueble
San Francisco
Autor
Anónimo
Época
S. XVI
Siglo de creación
Descripción del bien mueble
Cruz latina decorada con flores en relieve y una cartela en la parte superior que dice "INRI" (Iesús Nazarenus Rex Iodaeorum, Jesús Nazareno Rey de los Judíos).
CRUZ. Resulta la cruz de la intersección de la vertical y la horizontal, lo cual le confiere un simbolismo totalizador. Nos hallamos ante uno de los símbolos fundamentales, acaso el más rico y complejo de todos, en cuanto los abarca y los perfecciona respectivamente. Así, el punto de la intersección es el centro por excelencia, pero proyectado hacia el exterior dinámicamente por los dos brazos de la cruz; puede determinar el cuadrado y el triángulo, a la vez que se inscribe en el círculo, introduciendo en éste una partición cuaternaria. En efecto, la cruz presenta numerosas coincidencias con el simbolismo del número cuatro. Todo ello explica la presencia de cruces incluso en las más remotas culturas, desde una cruz cretense de mármol que se suele fechar hacia el siglo xv a. de C. La adopción por el cristianismo de la cruz como emblema fundamental se apoya en razones históricas (el sacrificio de Cristo), pero recupera al propio tiempo todo ese rico acervo simbólico: la cruz de Cristo es teológicamente el motivo al propio tiempo místico y visible de la unión de ciclo y tierra o la reconciliación del creador con su creación; es el centro de la historia de la salvación y, por tanto, simbólicamente también el centro del mundo . "La cruz posee una función de síntesis y de medida. En ella se unen el ciclo y la tierra lo más íntimamente posible. En ella se entremezclan el tiempo y el espacio. Es el cordón umbilical jamás cortado del cosmos unido al centro original. Entre todos los símbolos, es el más universal y el más totalizador. Es el símbolo del intermediario, del mediador, de quien es por naturaleza integración permanente del universo y comunicación tierra-cielo, de arriba abajo y de abajo arriba" (Champeaux). Sin embargo, en la tradición cristiana el sentido evocador de la pasión y muerte de Jesucristo se ha impuesto sobre todos los demás: éstos subyacen, permitiendo el injerto del mensaje cristiano en el patrimonio de la humanidad anterior. "Otra forma de expresión de los misterios de Cristo -escribe Jean Danielou- en la teología judeocristiana es el simbolismo concedido a la cruz. Para el 'Evangelio de Pedro" y los "Oráculos sibilinos" (VI, 26-28), la cruz es una realidad viviente que acompaña a Cristo en el descendimiento a los infiernos y en la ascensión. La cruz precederá a la Parusía, ya que es expresión del poder irresistible de Cristo, de su eficacia divina. En tal sentido se descubre su figura en diversos pasajes del Antiguo Testamento, como en la plegaria de Moisés con los brazos en cruz, o el cuerno del unicornio. Y hay que añadir los símbolos judeocristianos mencionados por Justino, como el mástil o el arado, hallados en los osarios judeocristianos. El madero de la cruz, unido al agua, señala la eficacia saludable comunicada al agua bautismal. Por último, las cuatro dimensiones de la cruz representan el carácter universal de la acción redentora, como señala Irineo, refiriéndose a las tradiciones de los presbíteros." La señal de la cruz, incluso en una época desacralizada como la nuestra, conserva ciertos valores profilácticos: se persignan todavía los toreros antes de iniciar el paseo, los deportistas antes de comenzar un partido o una carrera y, en general, cuantos quieren defenderse contra algún peligro o beneficiarse de buena suerte. Así se conserva un eco de la fe en la "eficacia divina" aludida por Danielou. Reaparece, por último, en los esquemas de Le Corbusier, que durante una conferecia en Buenos Aires llegó a exclamar tras haber trazado una cruz: "¡Esto basta!" CRUZ, LEYENDA DE LA SANTA. Debido a la importancia misma de la cruz, la tradición cristiana urdió en torno a aquella reliquia insigne una leyenda complicada, pero llena de implicaciones simbólicas. "Habiéndose plantado en la tumba de Adán una rama del árbol de la ciencia del bien y del mal, creció hasta dar un nuevo árbol, de cuya madera había de hacerse la cruz de Cristo". Esta leyenda plasma el deseo de hacer corresponder el sacrificio redentor con la caída primera que remediaba. Asi mismo la ubicación de la tumba de Adán en el propio Calvario, según la cual tantas veces se ha representado la cruz hincada sobre el cráneo de aquél. En fin, no es tampoco ajena a este discurso la idea, tan querida por la espiritualidad barroca, de que en la muerte está la vida, según un emblema de Horozco: "por la muerte de Adán viene la salvación gracias a Cristo crucificado". La leyenda de la santa cruz comprende también los episodios de su "invención"o descubrimiento por Santa Elena. El tema fue desarrollado por Piero della Francesca en la iglesia de San Francisco de Arezzo, así como por Agnolo Gaddi en Santa Croce de Florencia.
Observaciones del bien mueble
Al parecer se trata de una cruz atrial.
Materiales constitutivos
cantera
Técnica de manufactura
Cantera labrada
Alto 1
1.1
Ancho 1
0.9
Profundidad 1
0