Hasta llegar al siglo XI, la dalmática era siempre de color blanco y se adornaba con los clavi y calliculae de uso romano, los cuales se siguieron usando hasta el siglo XIII, reemplazándose entonces con galones, franjas y otras piezas bordadas, y desde el siglo XV se le añaden grandes borlas, pendientes de cordones. El material de fabricación de las dalmáticas fue en un principio el lino y mucho más tarde las telas de seda o lana. La forma de esta vestidura, que al principio era de túnica holgada casi talar y con mangas, se fue estrechando y acortando con posterioridad y se modificó practicándole aberturas laterales e inferiores para poder vestirla cómodamente.