En la parte central de la obra se observa a David, con vestiduras reales y corona sobre su cabeza, su mano derecha posada sobre el pecho y su rostro hacia el frente dirige la mirada hacia abajo, su actitud, de reverencia, frente a él Saúl igualmente ataviado, con su mano derecha señala en dirección a un lienzo, que es sostenido por un personaje masculino. A los pies de ambos personajes se pueden observar un lebrillo y varios recipientes metálicos. La escena está rodeada por personajes en diferentes actitudes que observan a los reyes.. Como fondo, elementos arquitectónicos y en el extremo derecho de la obra un cortinaje rojo de marcados pliegues.