Se contempla el momento preciso en que un ángel de Dios detiene la mano de Abraham evitando el sacrificio de su propio hijo, Isaac. Pintura de grandes dimensiones que muestra el manejo de las vestimentas con vuelos y movimientos, así como el manejo del claro oscuro, destacando siempre a los personajes principales. Se aprecian dos paisajes, el primero con arbustos en donde Abraham ha de sacrificar a su Hijo y el segundo en donde un cielo lleno de nubes se abre dando paso al ángel que detiene la mano del patriarca. El fundamento de esta escena se encuentra en el libro del Génesis: Abraham, patriarca del pueblo judío, por mandato divino, está a punto de sacrificar a su hijo; un ángel detiene el brazo armado con un cuchillo, mientras en las zarzas se ve un carnero que será en realidad la víctima de la inmolación (Génesis: 22, 1-14).