Esta obra, que se cuenta entre lo más valioso del tesoro de la Catedral, quizá no formó parte nunca de un retablo pues a pesar de sus proporciones bien pudo haber sido hecha para mostrarse aislada. Algunos de sus rasgos sugieren que se trata de una escultura europea quizá terminada durante el siglo XV y luego traída a Nueva España (15) Las vestimentas y los apoyos en los pies han sufrido varios deterioros; las encarnaciones presentan raspones que ameritan una intervención (15) Dato proporcionado por el Pbro. Humberto Limón