Obra de medio punto de grandes dimensiones. Representa a San Francisco de Borja, santo jesuíta español, acompañado por San Pedro Canisio también jesuita; los dos visten el hábito negro de la orden y miran a la Virgen en el cielo rodeada de ángeles. A lo spies de San Francisco están dos Ángelitos sosteniendo las vestiduras de obispo (atributo del personaje) dignidad que el santo declinó; un cráneo que recuerda la muerte de la reina Isabel, que cuando murió, San Francisco exlamó: "Nunca más servir a señor que se pueda corromper" y renunció a la corona ducal. Aparece en la obra una leyenda que dice: "Mich. Cabrera pinxt. a 1765".