El eremita fundador de los Mínimos, por su humildad, aparece con el hábito de la orden y apoyado en un bastón. Es un anciano de barba blanca, con gesto bondadoso y sonriente. La escultura no tiene gran calidad expresiva, aunque por la cantidad de milagros que lleva prendidos en el hábito, es evidente que tiene mucha devoción.