Este cuadro plantea un problema iconográfico interesante. Representa a un personaje con ornamento episcopal y además sobre la mesa hay una mitra. La forma de la representación es la de los retratos episcopales. Pero a los pies del santo se ve un ciervo. Este atributo es común a algunos santos, pero especialmente a san Eustaquio. Pero este santo no fue obispo. Por lo tanto me inclino por identificarlo como san Huberto, que fue obispo de Maestricht y primer obispo de Lieja. Pero debo señalar dos problemas: san Huberto casi no tuvo devoción en América. En México al menos solamente se conoce un cuadro con este tema, que se encuentra en la iglesia de san Francisco de Toluca. El otro problema, que no se puede obviar, aunque tampoco resolver, es que este obispo tiene un puñal clavado en el pecho, sobre la esclavina. Por otra parte la pintura es interesante y aunque sujeta por el tema, la cara está resuelta con rasgos fuertes y manos bien construidas.
