La relación con la obra de Luis Berrueco a la que se hace referencia, se establece desde la forma de plantar la figura en el espacio, en el centro de la composición, frente a un horizonte que ocupa un tercio del plano, un paisaje que ha cobrado una cierta importancia, una figura que apoya un pie sobre un lugar más elevado lo que le da cierto movimiento lateral a todo el cuerpo, la cabeza de tres cuartos de perfil, pero mirada al frente y por fin un cierto gusto por la ornamentación, como son las perlas en el cuello, la corona que lleva en la cabeza, los pendientes y los bordados del atuendo. Los atributos de la espada, un trozo de rueda en el piso a la derecha, y la palma del martirio, permiten identificarla como Santa Catalina de Alejandría, una de las importantes devociones coloniales. También el modelo es similar a otras representaciones de la Santa por el mismo autor.
Observaciones del bien mueble
Le atribuyo esta pintura a Luis Berrueco, pintor activo en la primera mitad del Siglo XVIII, por la gran relación que existe entre esta obra y las pinturas de santas realizadas por el citado autor.
