Imagen principal
Clave del bien mueble
MX-SC-DGSMPC-BM-000378-000266-000
Número de Cédula
266
Tipo de objeto (texto)
Pintura
Tipo de objeto
Nombre o título del objeto
Santa Lucía
Estudio Monográfico
Nombre del Inmueble
San José
Autor
Anónimo
Época
S. XVIII
Siglo de creación
Descripción del bien mueble
En el centro de la composición se puede ver a Santa Lucía hincada vistiendo túnica azul y verde y un manto rojo. Se puede ver su rodilla derecha al frente. Ambas manos con los dedos cruzados al frente muy cerca de la rodilla, su rostro se dirige hacia arriba; lleva una daga clavada en la base del cuello, de su lado izquierdo. Junto a ella se puede ver una charola con dos ojos. En la parte superior de la obra se puede ver a un ángel con un manto rosado llevando en su mano derecha una palma y en la izquierda una corona de flores. Santa Lucía de Siracusa: 13 de Diciembre, Virgen de Siracusa que había sido martirizada en 304 en tiempos de Diocleciano. Según la leyenda, con su madre Eutiquia emprendió una peregrinación a Catania, a la tumba de Santa Agueda. Después de la curación de su madre. Lucía distribuyó toda su fortuna entre los pobres. Denunciada como cristiana por su novio pagano, el Cónsul Pascasio, fue condenada a permanecer en el prostíbulo, pero un potente tiro de cuatro bueyes no consiguió hacerla avanza ni un paso hacia allí. El Cónsul pidió ayuda a los Magos, Lucía fue asperjada por orina hirviente, que se le consideraba apta para destruir los maleficios. Los verdugos le echaron plomo fundido en las orejas, le arrancaron los dientes y los pechos. Se levantó una hoguera a su alrededor; pero las llamas la respetaron y para acabar con ella, debieron cortarle el cuello. Según otra versión, ella misma se abría arrancado los ojos y los había enviado a su novio sobre una bandeja; pero la Santísima Virgen le habría hecho nacer otros ojos aún más bellos. Esta leyenda se apoya en la etimología popular de su nombre, "Lucía", cuya raíz está vinculada con la palabra Luz. Los dos ojos que le servían de atributo no eran suyos, sino, por decirlo así, eran almas parlantes. Se trata de un despropósito iconográfico que ha engendrado la leyenda de los ojos arrancados. Además se le reconoce por la espada o un puñal que le atraviesa la garganta, instrumentos de su martirio. De la herida de su cuello irradian rayos de luz. Las llamas de sus pies, la lámpara encendida o el cirio que lleva en la mano.
Observaciones del bien mueble
La pintura presenta deformaciones de soporte por falta de tensión así como faltantes de capa pictórica en la parte inferior a lo largo del cabezal. El marco de esta obra está fabricado en madera de pino de moldura sencilla y factura reciente. Esta serie de martirios se le atribuye a Pascual Perez y es mencionado por M. Monterrosa.
Materiales constitutivos
pigmentos al óleo, tela, madera
Técnica de manufactura
Óleo sobre lienzo
Alto 1
1.75
Ancho 1
1.1
Profundidad 1
0