Imagen principal
Clave del bien mueble
MX-SC-DGSMPC-BM-000378-000402-000
Número de Cédula
402
Tipo de objeto (texto)
Pintura
Tipo de objeto
Nombre o título del objeto
Virgen de Guadalupe
Inmueble de pertenencia
Nombre del Inmueble
San José
Estudio Monográfico
Nombre del Inmueble
San José
Autor
Cayetano Padilla
Época
S. XIX, 1872
Siglo de creación
Descripción del bien mueble
Virgen de túnica alizarina con piel en los puños y cuello y una cinta que la ciñe a su cintura. Tiene un manto azul con estrellas; su cara está inclinada sobre su lado derecho con los ojos cerrados en actitud de oración. Las manos, juntas y extendidas al frente a la altura de su pecho. Está parada sobre una luna en cuarto menguante. La virgen está sostenida por un ángel que con los brazos extendidos toma en sus manos el manto y la túnica respectivamente. Sus alas son tricolor (azul, amarillo y rojo). El ángel lleva una vestimenta color alizarina, la Virgen está coronada y rodeada por rayos de oro.
Virgen de Guadalupe y sus cuatro apariciones, orígenes del culto: Corría el año de 1531, la paz política comenzaba a florecer un la Ciudad de México y sus alrededores.Los misioneros franciscanos y dominicos, trabajaban intensamente evangelizando las innumerosas poblaciones de naturales.Por ese mismo año, un buen hombre de clase "macehual" o baja iba de camino, atravesando el cerro del Tepeyac hacia la Parroquia de Santiago Tlatelolco,en donde los franciscanos se encargaban diariamente de atender a los naturales, Juan Diego ,que era el nombre del macehual oyó cantos maravillosos de aves y contempló a una nobilísima Señora que hacía resplandecer las piedras y peñas en torno.La noble Dama saludó amablemente a Juan Diego y le manifestó: "Sábete ,amadísimo hijo, que yo soy la siempre Virgen Santa María, madre del verdadero Dios por quien se vive.Deseo vivamente que se me levante a aquí un templo para que en el mismo mostrar y dar todo mi maternal amor y protección a ti , a todos los moradores de ésta tierra y a todos mis devotos.Ve, pues, a la casa del obispo de México y le dirás como yo te envío a manifestarle cuanto anhelo que aquí en el llano se me edifique un templo.Le contarás cuanto has visto y has oído".Esto sucedía el sábado 9 de Diciembre de 1531.Juan Diego cumplió fielmente con el encargo de Nuestra Señora.Como es fácil de suponer, el Señor obispo no dio crédito a las palabras del indio."Otra vez vendrás hijo mío, le dijo, y te oiré más despacio y examinaré las intenciones con que has venido".
El buen hombre regresó a donde Nuestra Señora, triste y desconsolado, y dio cuenta de su fracaso.Por tanto le rogó que se dignase, a enviar otros mensajeros de mayores prendas que él.Pero Nuestra Señora no accedió a la petición del humilde neófito, antes bien le mandó estrechamente que llegase de nueva cuenta su mensaje al Señor obispo.
Juan Diego obedeció y al día siguiente, domingo, visitó de nueva cuenta al prelado.
Éste el considerar la porfía del indio le pidió una señal que lo acreditase; y mandó a dos criados suyos que le siguieran la pista para informarse de su procedencia, vivienda y costumbres.
El descorazonado mensajero, más triste que nunca, regresó la tarde de ese mismo domingo ante la Virgen.Sus seguidores le perdieron la pista y hubieron de volverse a la presencia del prelado,contrariados y pensando muy mal del indio.Éste expuso a la Señora del cielo su segundo fracaso y a la vez la petición de una señal exigida por el obispo.
Accedió la Misericordiosa Señora a dársela, pero hasta el día siguiente, 11 de Diciembre.Pero ese lunes no regresó el indio, porque un tío suyo de nombre Juan Bernardino había enfermado gravemente y hubo de asistirlo.El martes muy de mañana, Juan Diego se encaminó a la Parroquia de Santiago en busca de un sacerdote que auxiliara a su tío y de seguro a otros muchos enfermos, pues se trataba nada menos que de la epidemia del cocoliztli, que hacía innumerables víctimas.
Para rehuir el encuentro con Nuestra Señora el buen indiecito no tomó el camino acostumbrado a través del Tepeyac,sino otro un tanto desviado del primero hacia el oriente.Pero en vano, su infantil ardid resultó inútil.Amorosamente le salió al encuentro la Santísima Virgen, aceptó sus tartamudeantes excusas por no haberse presentado el día anterior según lo convenido.La Virgen lo tranquilizó, le aseguró que su tío Juan Bernardino, estaba ya bueno y sano,y mandó a Juan Diego que subiera a la cima del montecillo y recogiera allí las flores que hallase.
A pesar de ser lugar impropio para la producción de flores,el macehual encontró muchísimas y muy hermosas y fragantes. Las puso en el hueco de su capa o tilma y se las llevó a María Santísima, quien las tomó en sus manos y las volvió a depositar en su tilma.Mandóle presentase esas flores al Señor obispo y le dijese que esa era la señal que pedía.
Cumplió el neófito, tras mil trabajos y larga espera fue admitido ante la presencia del prelado, y al desplegar su capa para mostrar las flores que, como señal enviaba Nuestra Señora, se dibujó ante los ojos estupefactos del obispo y en la misma tilma la imagen de la propia Madre de Dios por quien se vive.
Don Fray Juan de Zumárraga,que tal era el nombre del obispo ,electo de México se conmovió hondamente.Veneró la sagrada imagen y la colocó provisionalmente en su oratorio particular.Eso sucedía el martes 12 de Diciembre de 1531.
Observaciones del bien mueble
La obra tiene un marco del S.XIX, redorado, con copete y remates en las esquinas con motivos florales. En el centro del copete se puede ver un anagrama de María.
Materiales constitutivos
madera, tela, pigmentos al óleo
Técnica de manufactura
Óleo sobre lienzo
Alto 1
0.95
Ancho 1
0.7
Profundidad 1
0