Se trata de la escultura de bulto (de cuerpo completo) de la Virgen en su advocación de los Dolores; va ataviada con vestido y manto en color púrpura, con empuñadoras y bordes dorados. La toca y puños de la blusa son de color blanco. Las representaciones plásticas de María en el trance del dolor no han sido unánimes ni en las denominaciones ni en la manera, si bien es verdad que en todas, su rostro refleja una actitud orante con expresión dolorosa como corresponde a la situación que refleja. Generalmente se asocia a los Calvarios en los programas iconográficos, ubicándola a los pies de Cristo crucificado y las más de las veces haciendo pareja con san Juan. A María en esta advocación se le puede llamar de diferentes formas: Virgen de los Dolores, Virgen Dolorosa, Virgen de la Piedad, Virgen de las Angustias, Virgen de la Soledad.