Al centro de la composición se puede observar el cuerpo inerte de Cristo, que es cargado sobre la Sábana Santa, por José de Arimatea y Nicodemo,para ser depositado en el sepulcro de piedra que se encuentra bajo el cuerpo de Jesús, en segundo plano la Virgen María,cubierta por un manto azul ,a su izquierda San Juan, de túnica verde y manto rojo, como fondo, el Monte Calvario con las tres cruces bajo el cielo azul y en el extremo derecho las piedras del sepulcro.
La escena se encuentra rodeada por un marco en forma de portada con arco de medio punto flanqueado por columnas de fuste salomónico, todos estos elementos rematados por un frontón con decoraciones geométricas. En la parte inferior se puede leer: "JESÚS PUESTO EN EL SEPULCRO".
Entierro de Cristo. Los Evangelistas (Mt. 27, 57-61; Mc. 15, 42-47; Lc. 23, 50-56; Jn. 19, 38-42.) dicen poco al respecto: José de Arimatea pidió el Cuerpo de Jesús aún crucificado a Pilato, y, una vez que le fue concedido, compró un lienzo para envolverlo según la costumbre local, previamente ungido con áloe y la mirra que había comprado Nicodemo. Luego fue transportado a un sepulcro que poseía José, tallado en la roca viva del mismo monte Calvario y en el que aún no había sido depositado ningún cadáver. Durante el trayecto estuvieron presentes los discípulos y las mujeres de Galilea, pero dichos escritores nada dicen de la presencia de la Virgen ni del Evangelista Juan.
La iconografía colonial sigue la manera de componer la escena creada durante el Renacimiento, en la que el cuerpo del Señor es llevado en la Sábana por San Juan, y uno de los varones presentes que lo toma por debajo de las piernas. Esta fórmula siguió vigente en los siglos posteriores y, por lo general se ubica el hecho en el momento en el que El Cuerpo es depositado en un sarcófago rectangular.
