Imagen principal
Nombre del Inmueble
La Defensa
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-000319
Estado, Municipio, Localidad
Estudio Monográfico
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-000319
Contenidos
1.-ANTECEDENTES
La Defensa fue construida entre 1786 y 1792 por Miguel García y solemnemente dedicada este último año. En la parte alta del pórtico lateral se encuentra la escultura de un caballero sentado. Ostenta el emblema distintivo de la Orden de Calatrava, y podría representar al personaje que costeó la obra (1).
La iglesia era de poca elevación y de construcción endeble. Se levantó sobre terreno poco resistente, lo que motivó repetidamente su ruina durante los característicos temblores de la región; entre ellos, los de 28 y 29 de marzo de 1787, y especialmente, el de 23 de marzo de 1795, que derribó las torres y la cubierta del cañón, arrastrando consigo la cúpula de la bóveda. Ante tal ruina el Obispo Gregorio José de Omaña propuso convertirla en camposanto, pero se encontró con la abierta oposición de los feligreses. Ellos lo reconstruyeron de inmediato; la bendición solemne se realizó el 24 de marzo de 1798 (2). Esta actitud de proteger su centro de oración tuvo vigencia entre los vecinos a lo largo del siglo XIX, pues ellos reconstruyeron el templo luego de los desastres sísmicos del 5 de octubre de 1801, 9 de marzo de 1845 y 11 de mayo de 1870.
Con la declaración de la Ley de Desamortización en Oaxaca, el templo fue valorado por la Secretaría de Hacienda y pasó a manos particulares. Posteriormente, el Obispo Eulogio Gillow lo adquirió para restaurarlo y conservarlo. Es de suponer que el temblor de 1928 dejó seriamente dañado al templo, y que no hubo reparación inmediata, pues hacia 1930 los informes sobre bienes nacionalizados mencionan la existencia de un pequeño templo, de escaso valor, mutilado por la demolición de las dos torres (que no eran originales). Con el sismo de 1931, las bóvedas estuvieron a punto de desplomarse. En octubre de 1933 el Departamento de Bienes Nacionales clausuró el templo por su ruinoso estado y el peligro de hundimiento. La magnitud de los costos retrasó la reparación que fue finalmente posible en 1934, gracias a una colecta entre los vecinos. (3)
En julio de 1948 comenzó a construirse una capilla de la iglesia, dedicada al Señor de las Maravillas, por iniciativa de un grupo de feligreses. En abril de 1949 se llevaron a cabo los trámites de nacionalización de la propiedad a favor del Estado.
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1. BRADOMIN (s/f), p. 97.
2. MARTINEZ GRACIDA, passim.
3. SEDUE, Legajo No. 18173.
2.-EMPLAZAMIENTO
La mayor parte de los templos oaxaqueños ocuparon, por lo menos en su época de máximo desarrollo, junto con sus anexos, una manzana entera (como ocurrió con el conjunto de San Francisco, distante apenas dos cuadras hacia el poniente). Sin embargo, el templo de La Defensa y sus dependencias apenas ocuparon una esquina, localizada en las calles que hoy llevan el nombre de Fiallo y Arteaga.
El entorno inmediato de La Defensa está formado por casas de un solo nivel. Muchas de ellas ostentan todavía la típica disposición de patio interior aporticado y amplios paramentos al exterior con balcones enrejados. El templo cuenta con un angosto atrio que se adapta a la forma de la esquina. Sus escasas dimensiones apenas permitieron acomodar un árbol y una fuente.
3.-DESCRIPCION ARQUITECTONICA
La planta del templo tiene la forma de una cruz latina cuyo eje principal corre de oriente a poniente. Esta orientación sólo se encuentra en otras cuatro iglesias de la antigua Antequera: La Soledad, La Sangre de Cristo, así como en las fundaciones jesuitas, La Compañía y las Nieves. En el templo que se comenta, este rasgo podría ser consecuencia de la construcción en el periodo virreinal tardío que coincidió con un relativo relajamiento de las normas a las que obedecían la mayoría de las construcciones religiosas. El caso es que por esa razón, su fachada principal recibe iluminación solar directa por las mañanas.
Los primeros tres tramos de la nave están cubiertos por cañones corridos semicilíndricos. La bóveda del sotocoro también es de cañón, pero con lunetos. El crucero está cubierto por una bóveda vaída, y después, ya sobre el presbiterio hay otra bóveda de cañón. En este caso, la ausencia del tambor y la cúpula, con los que usualmente se cubrían los cruceros, posiblemente se explica por el hecho de que los brazos laterales sean sendas bóvedas de cañón, pero de claro más corto y con arranque a menor altura. La intención fue quizá subrayar de otra manera la presencia del crucero, pues se practicaron casetones en el intradós, en la cara interior de cada uno de los cuatro arcos torales de la bóveda vaída. El esquema espacial y estructural descrito es semejante al del templo de Santo Domingo, sólo que la escala es mucho menor, y faltan los ricos dorados y las capillas criptocolaterales.
En el segundo tramo de la nave, frente a la entrada lateral al templo, hay una capilla anexa con un solo tramo de cañón corrido y un ábside. En el tercer tramo se practicaron sendos nichos laterales para disponer altares secundarios.
La portada principal está remetida apenas un metro respecto al paramento de la fachada. Su modelo básico parece ser la portada de San Francisco, que por cierto está a unas pocas cuadras de distancia. Su envolvente repite el perfil interior de la nave, con un arco de medio punto. Es una solución poco frecuente, que Alberti y Perruzzi habían ensayado desde el Renacimiento italiano, solución que tuvo pocas y tardías repercusiones en la arquitectura virreinal mexicana, por ejemplo en el templo de San Juan de Dios, en la Ciudad de México, en el de Santo Domingo Ocotlán, en el Valle de Oaxaca, y en el de San Felipe Neri, en San Miguel de Allende. La portada consta de tan sólo dos cuerpos. En el primero, las jambas lisas y el arco dovelado, del que sobresale la clave decorada, enmarcan al portón de acceso. Este conserva aún su pasada obra de carpintería, con sus bulas o cabezas de clavo. Sendas pilastras adornadas con rombos enmarcan el primer cuerpo, alzándose sobre plintos, también con rombos. Luego del entablamento y la cornisa sigue un corto nicho, hoy vacío, encima de una sencilla ventana. Ambos están flanqueados por pilastras de capitel jónico, apenas insinuadas en relieve. Su primer tercio lleva una decoración en zigzag y el resto estrías.
La portada lateral es más convencional. El vano de la puerta está delimitado por jambas y un arco estriado, con una clave pinjante, labrada en forma de escudo. Sendas pilastras se alzan a los lados, sobre plintos lisos. Luego del entablamento sin adornos, pero con resaltos encima de las pilastras, siguen otras pilastras y otro entablamento que enmarcan un nicho, donde aparece una figura sedente, sobre una peana.
A pesar de su discreta dimensión, La Defensa cuenta en su interior con a lgunas obras de arte dignas de verse. El retablo churrigueresco en el presbiterio ha sido modificado en su parte central, a la que se le practicó un enorme nicho en lugar de los dos cuerpos que alguna vez tuvo. La predela o base tiene detalles de hermoso labrado. Sobre ella se levantan cuatro estípites que forman a ambos lados entrecalles adornadas con cuatro estupendas pinturas del siglo XVIII: al lado izquierdo, La Natividad y la Asunción; y al lado derecho, Santa Ana y la Virgen y la Adoración de los Reyes. Encima del entablamento liso va un remate semicircular que sigue el perfil de la bóveda. En él hay sendas pilastras, más sencillas que los estípites de abajo. Un grupo de tres pinturas, con caprichosos entornos, muestra a la izquierda la Presentación al templo, al centro La Asunción y a la derecha La Sagrada Familia. El espacio intersticial lleva todo tipo de relieves labrados y dorados.
4.-OBRAS DE ARTE
En el brazo derecho del crucero hay otro retablo menor que data de las postrimerías del siglo XVIII. En él lo churrigueresco se combina con rasgos rococó. Sus dos cuerpos se levantan sobre una predela que lleva medallones pintados. En el primer cuerpo, una vitrina de reciente factura ocupa el espacio central. Cuatro estípites dejan calles laterales donde hay dos excelentes pinturas de San Pedro y San Pablo. El entablamento lleva decorado rococó y prepara el tránsito al segundo cuerpo. En su centro hay una pintura que representa la Crucifixión, y a sus lados, dos medallones, uno con la Oración del Huerto y el otro con el Divino Rostro.
Los extensos tramos de madera sin labrar, la finura de los relieves en las dos únicas pilastras, así como el caprichoso perfil del remate indican un estilo tardío que es raro encontrar en Oaxaca.
En un nicho, a la mitad de la nave al lado derecho, hay un marco-retablo en el que e combinan las convenciones del churrigueresco y la solución geométrica que algún ensamblador popular le dio a algunos de sus detalles. La imagen de la Guadalupana aparece flanqueda por dos pilastras con rombos, y luego por otras dos pilastras-estípite. El remate es de singular manufactura, con caprichosos dobles cornisamientos.
ELABORO: ARQ. ALBERTO GONZALEZ POZO
FECHA: 1986.
Inmueble de pertenencia
Nombre del Inmueble
La Defensa (Dulce Nombre de María)