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Nombre del Inmueble
La Purísima Concepción
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-001930
Estado, Municipio, Localidad
Aguascalientes > Aguascalientes > Ex-Hacienda de Peñuelas (010011172)
Estudio Monográfico
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-001930
Contenidos
1.-ANTECEDENTES
Cuando llegan los españoles a la parte sur de Aguascalientes, en abril de 1530, sólo encuentran tribus nómadas llamados chichimecas que tenían un modo de vida semejante a los primeros pobladores del lugar. Nuño Beltran de Guzmán fue el conquistador de esta zona localizada al noroeste de México y que posteriormente se denominó Nueva Galicia. Cuando llegó a Tonalá, cerca de la actual Guadalajara, dividió su ejército y envió al capitán Pedro Almedes Chirinos al noroeste, el cual subió por Acatic, Tepatitlán y Jalostotitlán para luego penetrar a Aguascalientes, cerca de Peñuelas, camino al norte donde estaban los indígenas zacatecas.
La ruta que recorrió de Aguascalientes, fue durante el virreinato parte del Camino de la Plata entre Zacatecas y México, del cual nos dice Alonso de la Mota y Escobar, a principios del siglo XVII que este es el camino mejor y más llano entre Guadalajara y Zacatecas, y agrega de la región de Peñuela Estas diez leguas despobladas que ay de Teocoaltich aqui/Aguascalientes/están llenas de estancias de ganados mayores y labranzas de trigo, y maíz, todo de españoles. (1) Una de estas estancias será el origen de Peñuelas.
Durante el siglo XVII se conforman y legalizan los latifundios en Aguascalientes, la que le da importancia a fines de siglo a la Hacienda de Peñuelas. Allí precisamente murió uno de los grandes latifundistas, Pedro Rincón Gallardo el 10 de enero de 1666.
La época de Oro de Aguascalientes fue durante el siglo XVIII, durante el cual la población aumentó y la situación económica era óptima, construyéndose la mayoría de las iglesias importantes en ese periodo. El apoyo agrícola y ganadero que dio la región a las minas, tanto a las de Asientos como de Zacatecas hace que florezca la región. Ya en 1794 se han concentrado las haciendas existiendo veinticinco en la región, una de las principales era Peñuelas.
La inestabilidad en el gobierno nacional después de la Independencia, la lucha entre conservadores y liberales, afectará adversamente a la región, fraccionándose muchas haciendas. Esto culmina con la Guerra de Reforma e Intervención Francesa o Segundo Imperio.
La victoria liberal, en la Constitución de 1857 sólo desencadenó una nueva lucha, el Plan de Tacubaya y como consecuencia la Guerra de la Reforma, destacándose en este conflicto el general zacatecano, Jesús González Ortega, que en una de sus primeras batallas vence al general conservador Silverio Ramírez en la Hacienda de Peñuelas el 15 de junio de 1860. Esto inicia una serie de triunfos de los liberales que culminará con la victoria de Calpulalpan donde González Ortega, apoyado por otros generales como Ignacio Zaragoza vencerá definitivamente a las fuerzas conservadoras del General Miguel Miramón que huye a Francia.
Será acentuado especialmente el desarrollo de la región por la introducción del ferrocarril central en 1884, inaugurándose la estación de Peñuelas. En la época porfiriana crecen de nuevo los latifundios y los más grandes se modernizan. De las cien haciendas que había en 1837, para 1900 sólo hay 31.
De nuevo con la Revolución habrá inestabilidad en el gobierno y la economía nacionales, hasta el 10 de julio de 1915 cuando las fuerzas del general Alvaro Obregón toman la ciudad de Aguascalientes y reorganiza el gobierno estatal bajo el mandato del gobernador Martín Triana, que devuelve varias fincas a sus dueños, entre ellas la de Peñuelas. La economía se irá restableciendo y el gobierno local será dominado por los hacendados que impidieron así el reparto agrario. El gobernador Rafael Arellano, casi no promueve el reparto y se forma un grupo fuerte de hacendados en contra del nuevo presidente Plutarco Elías Calles en 1924. Sin embargo, en el siguiente año, con el nuevo gobernador José María Elizalde, se da el más importante reparto de tierras en la historia del estado, 21,565 hectáreas a 1363 campesinos.
2.-EMPLAZAMIENTO
La hacienda de Peñuelas se encuentra a veintiocho kilómetros al sur de la ciudad de Aguascalientes. El terreno donde se asienta el casco de la hacienda es plano. La capilla y la casa grande están alineadas sobre uno de los lados de la antigua explanada que se formaba frente a las haciendas, presenta a la izquierda y en ángulo recto con la capilla, una serie de habitaciones para los trabajadores de la finca.
Actualmente se ha formado una zona arbolada al frente de la casa grande y junto al pequeño atrio de la capilla. Atrás de éstas se encuentran las ruinas de lo que era la escuela de la hacienda y más atrás, aún pueden verse dos grandes torres con cúpulas que eran los depósitos elevados para guardar reservas de agua que se bombeaba desde un pozo.
Como se dijo anteriormente, la hacienda dio origen a una estación del ferrocarril, y actualmente ocupa tierras que pertenecieron a la hacienda, el aeropuerto de la ciudad de Aguascalientes.
3.-HISTORIA
El origen de la hacienda de Peñuelas se remonta al siglo XVI, una estancia de ganado mayor; posteriormente se juntan varias para que el siguiente siglo sea una importante hacienda dedicada a la agricultura; seguramente entonces había una pequeña capilla junto a la casa de los hacendados o casa grande y otras construcciones de la hacienda. Con el desarrollo de la región en el siglo XVIII y el crecimiento de la población, se amplía la capilla a mediados del siglo y en 1776 se ofician misas en forma regular.
La construcción se inicia en 1847 junto a la casa grande, seguramente en el mismo sitio de la capilla primitiva, terminándose en 1852 y dedicándose a la Purísima Concepción. La actual capilla fue erigida con donaciones del entonces dueño de la hacienda Felipe Nieto, que jugó un importante papel en el gobierno local de Aguascalientes.
Fue muy importante para la hacienda la construcción de una estación de ferrocarril, en sus propias tierras, cerca de la casa grande, en 1884. Así transportaría sus productos con más facilidad y ampliaría sus mercados. En ese momento la hacienda daría un giro en sus actividades, introduciendo la cría de toros de lidia en 1885, con la divisa azul marino y oro. El origen de la cepa es el cruce de sementales españoles de Saltillo con ganado criollo de la hacienda del Venadero en 1753, en propiedad de Miguel Rul, conde de Valenciana. De allí pasarán los sementales a la hacienda de Cieneguilla y con esa raza se surte a Peñuelas.
En 1900 la hacienda era de las más importantes del estado con un valor de $17,000.00, al morir su dueño Felipe Nieto, pasa a su hija María Guadalupe Nieto Belauzarán que inicia mejoras en la capilla en los primeros años del siglo. A pesar de ser pequeña, 7585 hectáreas con sólo 214 de riego, y una pequeña presa, seguía, en los inicios de la revolución una de las más importantes. (2)
Con la inspección efectuada en 1927, ya se le asigna un valor estimativo de $20,000.00 por el templo y el pequeño atrio, que subiría a $250,000.00 en 1948, y la capilla conserva las características que se ven hoy. Por entonces era el dueño el señor Miguel Dosamantes Rul.
En 1948 se inician los trámites de nacionalización perdiéndose el expediente en el Ministerio Público de Aguascalientes, hecho que no se aclara hasta 1968, reiniciándose después nuevos trámites. (3)
Actualmente la dueña de la casa grande de la ex-hacienda de Peñuelas y el templo, es la señora Raquel González viuda de Dosamantes. En Aguascalientes se dice que se ha propuesto el lugar para la construcción de un Museo del Toreo.
4.-DESCRIPCION ARQUITECTONICA
La capilla de la hacienda de Peñuelas es de dimensiones bastante más amplias que la mayoría de las capillas de este tipo, y equivalente a las que se construían en un poblado de buen tamaño.
El conjunto de la Purísima Concepción está formado por atrio y templo. El atrio lo rodea una balaustrada de cantera con pilares y una gran portada, formada ésta por un arco de medio punto, flanqueado por un par de pilastras de cantera y coronada por capiteles neoclásicos, sobre los que se desplaza un sencillo entablamento al que lo remata una balaustrada en cuyo centro se encuentra una figura religiosa y macetones a derecha e izquierda.
La torre consta de un basamento donde se supone que iría un reloj y en el que se apoyan dos cuerpos de planta cuadrada, con vanos a cada uno de sus lados, decreciendo en superficie y altura a medida que se elevan, y rematados por un cuerpo menor de planta octagonal también con vanos en sus lados, macetones en las esquinas y un cupulín con linternilla que a su vez remata con una cruz metálica.
Esta sobria capilla parece haber sido construída de una sola vez y no denota intervenciones posteriores, pues su aspecto interior y exterior mantienen su armonía. Consta de tres tramos, marcados por pilastras, crucero y presbiterio rectangular con una gran cúpula octagonal en el crucero, con tambor y gajos que rematan en una linternilla.
A la entrada de la iglesia se encuentra el coro, el cual no abarca la totalidad del primer tramo, apoyado en un arco rebajado, que en su parte superior lleva una barandilla de madera torneada. Bajo este coro y a la izquierda, en la parte inferior de la torre, queda el bautisterio con un mural representando el bautismo de Cristo y una pila de piedra labrada con motivos florales. A la torre mencionada se asciende por otra circular más pequeña adosada al exterior del bautisterio la cual crea, junto con los contrafuertes de piedra que ayudan a sostener las bóvedas, un conjunto de elementos verticales muy interesantes en el costado de la capilla.
La decoración interior está ejecutada al gusto francés, característico de la época, con un franco sabor ecléctico en que se mezclan diversos estilos del pasado, que por las proporciones del templo, así como la calidad del diseño de muros y bóvedas, se integran en un conjunto con una ornamentación muy discreta.
Las bóvedas son de arista, con algún dibujo remarcándolas; éstas se apoyan en los muros laterales y en arcos fajones, que transversales a la nave principal, descargan su peso en medias columnas muy sobrias de orden toscano. En cada tramo de la capilla y en ambos lados existen ventanales rectangulares en la parte alta, lo cual da una iluminación general y difusa. Todos los muros, cornisas y columnas están aplanados y pintados al temple como era costumbre en la época, sin dejar la piedra aparente.
Los altares, tanto el mayor como los colaterales son de estilo neoclásico y frente al presbiterio se han colocado una barandilla de mármol blanco de Carrara, y aislando los tres altares existe un barandal de hierro colado con chapetones de plomo. Igualmente sobre las cornisas superiores y alrededor de la cúpula, al interior, existen balaustradas de madera, también características de la época.
A lo largo de los muros, aun se conservan por fortuna (pues en muchas iglesias han desaparecido) una serie de monumentos funerarios muy interesantes de los miembros de la familia Nieto, su benefactora y constructora, así como de las familias con quie nes emparentaron, los Belauzarán, los Dosamantes, e inclusive el sepulcro del canónigo de la catedral de Guadalajara, Pbro. Antonio Castañeda.
A la derecha del presbiterio se encuentra la sacristía y un cuarto anexo de techo enviguerado. Frente a la puerta de la sacristía existe, del otro lado del crucero, un local a través del cual se comunica la capilla con la casa-habitación de la hacienda y en el que está una escalerilla que conduce al púlpito.
5.-OBRAS DE ARTE
La capilla tiene algunas obras interesantes, dentro de las cuales sobresale un óleo sobre tela de la Virgen del Refugio, probablemente del siglo XVIII, varias esculturas de madera policromada, otras de media talla, para vestir y otras más con sus ropajes enyesados, todos de factura popular, del siglo pasado, dentro de las cuales están las de San José, San Isidro Labrador, La Inmaculada Concepción, San Juan, La Magdalena, San Joaquín y Santa Ana, San Miguel Arcángel, así como la escultura de Cristo Crucificado y un óleo de la Dolorosa; además existe un Vía Crucis a base de las clásicas litografías a color en marcos dorados del siglo XIX.
Lo más interesante por lo poco común son los dos óleos probablemente de principios del siglo XIX, uno con el título de el reloj cristiano de la Pasión del Señor en que se ve al centro el Santo Entierro en un círculo enmarcado por veinticuatro pequeñas secciones donde aparecen en números romanos las horas del día y correspondiendo a ellas cada uno de los sucesos acontecidos en las horas anteriores a la resurrección Cristo. Este óleo de aproximadamente 1.20 x 1.80 m. es sumamente interesante y está delicadamente pintado, con muchísimas figuras pequeñas.
El otro óleo, no es tan interesante desde el punto de vista pictórico, como desde el punto de vista popular, es el llamado Rueda de la Fortuna el que se representa la figura sedente de Jesucristo con una mano que apunta hacia una rueda sobrepuesta al óleo, y que gira teniendo una serie de frases colocadas en forma radial, de tal manera que el devoto debía girar la rueda y cuando se detenía ésta, se marcaba con el dedo de la mano de Cristo la fortuna o destino del que hacía la petición. Este óleo, muy interesante por su connotación popular es sin embargo muy extraño dentro de la iconografía religiosa.
En cuanto a otros objetos interesantes que existen en la capilla cabe mencionar cuatro blandones o grandes candeleros de madera, un sillón del siglo XIX y una cajonera para vestiduras, de origen popular.
El cuadro del bautismo de Jesús que se encuentra en el presbiterio es muy popular e ingenuo en su composición; en los árboles se han dibujado todas las hojas, se encuentran dos ángeles que sostienen las ropas de Jesús mientras San Juan con su piel de camello y una segunda túnica, vierte agua sobre él, contemplando la escena el Espíritu Santo en el extremo superior que vierte su luz sobre el Hijo y el Padre. Hay dos leyendas, la del Padre que dice: Este es mi hijo muy amado en quien me complazco y la de San Juan que dice: Este es el Cordero de Dios.
Los rostros y el diseño general nos hacen pensar en el estilo propio de finales del siglo pasado o principios del actual aunque no tengamos fecha de la realización de la obra.
6.-BIBLIOGRAFIA Y NOTAS
(1) MOTA y Escobar, Alonso de la. Descripción geográphica de los Reynos de Galicia, Vizcaya y León. México, I.N.A.H., 1966. p.58.
(2) ROJAS, Beatriz. La destrucción de la hacienda en Aguascalientes 1910-1911. Zamora, el Colegio de Michoacán, 1a. edición, 1981. p.95.
(3) Archivo S.E.D.U.E., expediente núm. 65/10873.
Inmueble de pertenencia
Nombre del Inmueble
La Purísima Concepción