Imagen principal
Nombre del Inmueble
Nuestra Señora de Guadalupe
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-001002
Estado, Municipio, Localidad
Aguascalientes > Aguascalientes > Aguascalientes (010010001)
Estudio Monográfico
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-001002
Contenidos
1.-ANTECEDENTES
Los antecedentes de este templo, aún sin terminar, son propiamente los del culto guadalupano. En la época prehispánica, los mexicas tenían al norte de Tenochtitlan, en el promontorio llamado tepeyacac, lugar de la punta del cerro (tepetl, cerro; ya catl, nariz; y-c, desinencia locativa), un importante santuario dedicado a Tonantzin; esta diosa parece ser la misma que Centectl, diosa del maíz, pero según la historia del Cerro del Tepeyac, el 9 de diciembre de 1531 se apareció la Virgen a un indígena de Cuauhtitlan, Juan Diego, pidiéndole que se le construyera un templo en ese lugar. La tercera vez, l 12 de diciembre, le da una señal para lleva al Obispo, unas rosas que al vertirse de su tilma en presencia de Zumárraga, dejaron impresa la imagen de la Virgen en el manto de Juan Diego. Pocos años después se construyó una ermita en el Tepeyac, en el lugar de la aparición, donde se guardaría dicha reliquia (1).
Con el establecimiento de la diócesis de la Nueva Galicia en 1548, se populariza el culto a la Virgen Morena que se convierte en un símbolo novohispano. Ya en el siglo XVIII, hay otro hecho importante en la ciudad de México que influirá en Aguascalientes. En 1737 el doctor don Juan Antonio de Vizarrón y Equiarrieta, arzobispo de México y virrey de la Nueva España bendice el Altar de los Reyes en la Catedral Metropolitana, introduciendo así el estípite a la colonia. De allí Felipe de Ureña, toluqueño, llevará la idea a Guanajuato, usándola en la fachada de la iglesia de San Diego que servirá a su vez como ejemplo para el Santuario de Guadalupe en Aguascalientes.
2.-EMPLAZAMIENTO
El santuario de Nuestra Señora de Guadalupe se encuentra ubicado en el barrio de los Arellano, en la capital del estado de Aguascalientes, el que se localiza al poniente de esa ciudad, a la cual se puede llegar a través de diversas rutas: por ferrocarril se comunica ampliamente con diversas poblaciones, pues desde la época porfiriana se convirtió en un gran centro ferroviario, ligado a la ciudad de México por un tramo de setecientos kilómetros aproximadamente. Igualmente posee un moderno aeropuerto y es paso de la carretera internacional número cuarenta y cinco quedando a seis cientos noventa y un kilómetros de la capital de la república.
El sitio donde se levantó este templo es sensiblemente plano y el barrio de los Arellano, aunque no inmediato al centro comercial e histórico de la ciudad, aún participa de una estructura urbana de tipo medieval ya que con su distribución nos permite ver la persistencia de los caminos que se formaban a través de los asentamientos irregulares, pues esta ciudad no fue trazada a base de una retícula rectangular como se acostumbraba recordando los antiguos campamentos romanos en la península ibérica.
La fachada principal de la iglesia queda sobre la calle de Guadalupe, que por la importancia del santuario, toma su nombre al igual que el jardín que se encuentra al poniente de la misma, el cual queda después del terreno que fue cementerio principal de la ciudad, clausurado en el año de 1875 y lugar hacia donde se ha construido la ampliación lateral del templo.
Por encontrarse el templo en la confluencia de la calle Guadalupe con la desembocadura de la de Nicolás Bravo, se forma una especie de plazoleta debido a la irregularidad de ambas calles, lo que se ha aprovechado en parte para localizar el atrio.
El entorno es mixto, es decir, formado de casas habitación y algunos comercios, pero en su mayoría son de tipo tradicional, ya sea de la época virreinal o del siglo pasado y principio de éste. La casa cural que se conoce por fotos antiguas, era una construcción sencilla, probablemente del siglo pasado, con un portón rectangular rematado por una cornisa y grandes ventanas enrejadas, posteriormente se trasladó, adaptándola al sitio, la fachada y patio de la casa que los condes de Rul tenían en la calle de Allende en esta ciudad, la cual, habiéndose colocado ahí antes de tomar la decisión de construir las torres a un lado de su sitio original, presenta el problema de que ahora una de ellas queda sobre parte de la portada de acceso a la casa.
3.-HISTORIA
El inicio de la construcción del Santuario de Guadalupe parece coincidir con la expulsión de los jesuitas en 1767, aunque hay una referencia que lo ubica en 1763 (2). Al parecer un Señor Sedillo donó el terreno para construirla, en el Barrio de los Arellano de Aguascalientes. Será el párroco José Xavier Tello de Lomas y el licenciado Francisco Flores Robles los encargados de vigilar y costear su construcción. Al morir éste último el 29 de agosto de 1789, se inscribe en su lápida que duró la construcción veintidós años y dos meses a partir del 9 de febrero de 1767. Antes de que se terminara el templo, el insigne pintor José Alcíbar copió, como ayudante de Miguel Cabrera, el lienzo original de la guadalupana que terminó en 1777 para este santuario.
En el primer inventario que se conoce del templo, del 1º de enero de 1793, ya se incluyen ciertas obras de muy alto mérito artístico como es el retablo mayor de madera dorada con la pintura de Alcíbar, un púlpito de tecalli que aún existe hoy y es de los pocos en ese material y estilo que quedan, y finalmente la pila-manil de la sacristía de fina talla. La parte más importante de la iglesia es la portada, como expresa el pintor doctor Atl (Gerardo Murillo): Alguien dijo, con mucha razón, que la mayoría de las portadas del siglo XVIII eran altares sacados al exterior (3).
Hacia fines del siglo XVIII recibe la iglesia un terreno muy grande que colinda con el suyo, donde se ubicará el panteón principal de la ciudad.
Se conocen el templo y su altar como eran en 1850 por unos dibujos del francés Rondé, siendo ésta la única reproducción que existe de los originales. El 28 de diciembre de 1875 se clausura el panteón que se había abierto a fines del siglo anterior dejando lugar para que creciera el templo. Parte de ese terreno se usó para construir en 1922 un mercado que actualmente es un jardín.
A fines del siglo XIX se adorna el interior del templo en estilo neoclásico cubriendo las columnas y medallones barrocos con yeso pintado, se pintan las pechinas con imágenes de la guadalupana y la capilla del sagrario es decorada en estilo neogótico que no crea contraste por estar aislado del resto de la iglesia (4).
En 1907 el cura Rosalío Rojas pide al maestro J. Refugio Reyes un proyecto para terminar las torres de la iglesia, el cual no prosperó, haciendo un nuevo proyecto el mismo maestro, ahora con reloj en el remate central. Se inician las obras y en una foto antigua se ve la fachada con su nuevo reloj y la inscripción de los patrocinadores abajo del mismo, en grandes letras Ayuntamiento 1919. Es en ese momento que se tiene que reforzar el templo, para abrir la comunicación entre la nave central y las laterales. El refuerzo de acero se empotra en las paredes y se levanta el piso para ligarlas. No obstante, el proyecto de las torres es rechazado por la Inspección de Monumentos Artísticos e Históricos que comisiona a Manuel Ituarte para hacer un proyecto en 1921, en el que se ve la influencia de la época, fachadas de tezontle, material común en el altiplano central pero totalmente fuera de lugar en una zona de fina y abundante cantera. Diez años después es elevado el santuario a categoría de parroquia, el 26 de julio de 1931, siendo cura Francisco Tiscareño Romo. El siguiente proyecto será del arquitecto franciscano Luis del Refugio Palacios, en 1936, para el mismo cura. Se inician las obras y de nuevo está a punto de caerse la iglesia, teniendo que llamar de nuevo a Refugio Reyes para que la salve (5).
Finalmente, con los grandiosos planes de cura Tiscareño se siguen las obras y al morir el maestro Reyes los continúa su discípulo Dionisio López Rangel que a su vez, trata de dejar memoria de su presencia. Se inició el nuevo proyecto, aún más grande que los anteriores. Se integraron la base de las torres originales a las naves laterales que se abrieron hacia la nave central y s construyeron bases mucho más grandes para las nuevas torres. Como la parte original del proyecto, se extendieron los brazos del crucero haciendo allí dos naves adicionales, obra que no se ha terminado. El maestro López será quien llene tanto la fachada como otras partes de la iglesia, el interior de la cúpula, unas capillas, con santos y ángeles d cantera. La virgen de Guadalupe en la fachada es de este artista. Las obras quedaron truncas tratando actualmente de precisarse lo que conviene o no hacer y o terminar en este bello templo.
4.-DESCRIPCIÓN ARQUITECTÓNICA
El santuario presenta, debido a su larga cadena de modificaciones, el problema de estar aún sin terminar, no obstante los innumerables proyectos que se ha realizado para ello. Su aspecto desde el lado suroeste muestra los muros inconclusos de una nave perpendicular a la principal, localizada en el crucero y hacia el lado izquierdo, prolongando el brazo del mismo para dar mayor capacidad al templo, teniéndose la idea de extender igualmente el brazo derecho y adelantar la mesa del altar hacia el centro del crucero para que finalmente queden tres naves de igual longitud formando una gran T.
Esta iglesia, originalmente de planta d cruz latina fue aumentándose lateralmente hasta tener tres naves y posteriormente se decidió dar acceso a las naves laterales y prolongarlas hasta ocupar también los basamentos de las torres por lo que hubo necesidad de crear otros nuevos a ambos lados de los iniciales para sobre ellos construir las torres que desde el siglo XVIII habían quedado pendientes. Esta decisión modificó fundamentalmente las proporciones de la fachada que constaba de una gran portada barroca (también inconclusa en su remate) y dos grandes paramentos lisos a ambos lados que recibirían unas torres proporcionada al alto y al ancho de la composición central. Actualmente, al aumentarse el ancho de la fachada se ha terminado ésta alargando la altura de la portada barroca y construyendo torres muy altas para proporcionar el conjunto, una de las cuales se haya completa y la otra en proceso.
La gran composición central, de un churriguera muy bien logrado presenta en cantera de color rosa viejo, fuertes contrastes en su relieve, lo que provoca grandes cambios en su claroscuro, marcando claramente los dos cuerpos de que consta verticalmente la fachada. Al centro, un arco de medio punto de gran altura con una serie de molduras curvas conteniendo conchas bajo de ellas, forman un arco lambrequinado, flanqueado por un par fe estípites adosados al muro a ambos lados, llevando entre ellos composiciones interestípites que siguen al movimiento y motivos de aquéllos, sosteniendo en ménsulas, las esculturas de ángeles en piedra blanca (los cuales) resaltan sobre el color de la cantera del fondo. Tanto las pilastras estípites como los interestípites se inician en su parte baja en dobles basamentos.
Sobre la puerta, un medallón con l relieve del Padre Eterno queda envuelto en molduras mixtilíneas que se enroscan hacia arriba hasta formar el basamento de la escultura de la Virgen de Guadalupe, labrada también en color blanco la cual resalta sobre el hueco oscuro que deja la ventana del coro, rematada igualmente en sus costados y en la parte superior con más molduras de líneas curvas y rectas que terminan sus extremos en volutas. Esta ventana presenta la característica que interrumpe la cornisa y el friso donde termina el primer cuerpo, rematándolo en cierta forma.
En el siguiente cuerpo, sólo se prolongan los estípites sobre aquéllos centrales del de abajo; en cambio sobre l motivo interestípite inferior se continúa otro superior que igual que ése lleva un ángel de color blanco sobre una ménsula muy ornamentada. Sobre los estípites bajos que quedan en los extremos se coloca un remate que inca la composición piramidal a que va tendiendo el segundo cuerpo. Al centro de éste, en un alto nicho de medio punto se encuentra la escultura de San José con el Niño Dios, rodeada por más motivos barrocos sobre puestos en sendas pilastras laterales. Junto a ésta s y entre los estípites de esta zona se encuentran otras pilastras hermiformes, las cuales con sus torsos humanos saliendo de pedestales vegetales dan al conjunto aún más riqueza.
A esta altura del cuerpo alto comienza a formarse la cornisa con que culminará toda la portada a base de líneas curvas, rectas y enroscamientos que van subiendo hacia el centro sosteniendo en el camino, esculturas de santos y remates, y al centro una cruz.
A ambos lados de esta exhuberante composición están los sobrios paños de cantera de las antiguas basas de las torres con pequeñas ventanas rectangulares, con amplios derrames al exterior, enmarcadas con molduras que forman escalonamientos en sus esquinas. Una de estas molduraciones, aún puede verse sobresaliendo arriba de la entrada abierta, en la fachada frontal de la nave lateral izquierda, pues ya no se juzgó conveniente desaparecerla por completo dentro del exceso de ornamentación que se colocó en la entrada derecha, donde se ejecutó una portada copiada de la central pro en dimensiones menores, con adiciones de relieves caladas inspiradas en detalles de la arquitectura portuguesa.
Desplazados de su sitio tradicional los basamentos de las torres actuales se encuentran junto a los anteriores, con pequeñas portadas que comunican con locales que probablemente se destinen a capillas. La parte inferior de las torres se desplantó (al igual que los muros de la fachada) con cantera más rojiza, pero se ignora el por qué solo las torres se siguieron con el mismo tipo de piedra. La torre izquierda sigue el diseño del maestro albañil Dionisio López Rangel quien fue eficaz colaborador del famoso refugio Reyes, el cual también intervino importantemente en la transformación de este templo; sin embargo ya los dos cuerpos de la torre, su cupulín y linternilla son proyecto del arquitecto Víctor Manuel Villegas.
Esta torre se proyectó sumamente sobria para no distraer la atención de la portada y está constituída por dos cuerpos semejantes pero el superior con planta y altura menores que el inferior, el cual es de sección propiamente cuadrada pues solo sus esquinas están ochavadas. En cada uno de sus lados hay un arco de medio punto flanqueado por sencillas pilastras que rematan en una cornisa que al pasar sobre los arcos quiebra formando un frontón curvo interrumpido, con un anillo en la parte central. El segundo cuerpo lleva encima una cúpula pequeña con planta semejante a la de la torre pero con una terminación curva que sostiene una linternilla octagonal con cuatro pequeños arcos y rematada con una cruz de hierro forjado.
La torre derecha, aún en construcción, no leva almohadillados en las esquinas del basamento ni ventana circular como la izquierda, pero el resto sigue el mismo diseño de ésta hasta la mitad del primer cuerpo que es la parte que se ha construido.
Esta iglesia tiene hacia su costado izquierdo, una fachada que corresponde a la nave lateral, la cual también sigue la tónica barroca de las nuevas adiciones, a base de un arco de medio punto bordeada de pilastras exhuberantes que rematan en un frontón curvo interrumpido y con un medallón central. Es notable, cómo aún en nuestros días se conserva la magnífica calidad y tradición de la mano de obra de los canteros de la localidad que con muy buen sentido mejoran y proporcionan los trazos un tanto incompletos que se les dio para labrar.
Desde este costado de la iglesia se puede apreciar la cúpula del antiguo crucero, la cual es de planta circu lar y se desplanta sobre un tambor cilíndrico taladrado por seis ventanas que con una forma envolvente rectangular tiene sus esquinas quebrada con trazos mixtilíneos que le quitan la rigidez del ángulo recto y las incluyen de lleno en el repertorio de formas barrocas. Entre las ventanas hay pares de columnas toscanas que sostienen en conjunto remates y un respaldo moldurado que se prolonga formando una nervadura hacia la parte superior de la cúpula interrumpiéndose por un medallón intermedio en relieve. Tanto el tambor como la cúpula semiesférica fueron revestidas a mitad de este siglo con azulejo azul y blanco de medio pañuelo dándole un aspecto poblano, sin embargo, el efecto es bueno, además de que se tuvo el buen juicio de limitar el revestimiento poco antes de llegar a las molduras con lo que éstas no se ven ahogadas en él, al no estar proyectadas para recibir recubrimiento alguno.
La cúpula termina en una linternilla cilíndrica formada por pequeñas columnas alternadas con arquitos de medio punto todo lo cual se cubre con un cupulín y un remate con una cruz de hiero forjado, que por desgracia está rodeada por una extraña estructura metálica cuyo objeto no se comprende.
En su interior, la iglesia ha sido liberada del yeso y de la pintura que se aplicó a fines del siglo pasado o a principios de éste, que tapaba mucho de la decoración barroca ejecutada en cantera; sin embargo en la parte superior de la columna del primer entreje se ha dejado muestra del acabado que se eliminó habiéndose mantenido también el dorado en los capiteles de orden compuesto en que rematan las estrías quebradas que decoran el cuerpo de la columna; también son muy especiales las coronas labradas en cantera y que zunchan el cuerpo de las mismas. Estas coronas habían sido rasuradas al aplanarse las columnas pero afortunadamente se han restaurado basándose en unos dibujos que existen en la Biblioteca Nacional en París, ejecutados por Rondé en 1850. La nave central, cubierta con bóvedas de arista tiene remarcadas con nervaduras de cantera que rematan en rosetones centrales (de los que penden candiles), así como de otros más, intermedios.
El coro abarca parte del primero de los tres tramos que forman la nave y está soportado por un arco de tres centros, el cual, al igual que todos los perpendiculares a la nave, llevan la misma decoración en las columnas, a base de estrías quebradas y coronas intermedias. Ese arco tiene sobre él y limitando el coro, una balaustrada de madera torneada y dorada. En éste existe un gran órgano que, a juzgar por la decoración Art Nouveau que lleva debe haberse instalado en el primer cuarto de este siglo.
Dos de los tres tramos con que cuenta este santuario se han abierto hacia las naves laterales, a base de perforar los muros con arcos copiados del de la portada principal y que con roleos, guirnaldas y conchas alcanza la cornisa que une a todas las medias muestras y que baja en forma escalonada coincidiendo con la localización de las ventanas altas, lo que permite admirar éstas íntegramente. Esta cornisa s desprende de la parte superior de las columnas que a esa altura presentan un gran coronamiento volado que es una muestra más de la exhuberancia del barroco.
Las angostas naves laterales presentan sucesivas portadas transversales a ellas y ejecutadas por refugio Reyes para ocultar los refuerzos metálicos que fue necesario colocar al presentarse problemas estructurales al perforar los muros para conectar las naves later ales con la central. Con el mismo fin se construyeron capillas contrafuertes en forma aconchada cuyo diseño le tocó realizar al maestro López Rangel, lo cual logró hacer, con mucha profusión de ornamentación.
En el centro del crucero, la cúpula repite las nervaduras y medallones del exterior, con pinturas academicistas de doctores de la Iglesia entre ellas, y en el tambor existen pares de estípites entre las ventanas con esculturas de ángeles en medio apoyados en la cornisa circular en que terminan las pechinas, las cuales tienen pinturas relatando las apariciones de la Virgen de Guadalupe.
Como mencionábamos inicialmente, los brazos del crucero están tapiadas provisionalmente mientras se terminan las naves que las prolongarán.
El altar mayor, ejecutado en cantera, trata de reproducir el antiguo retablo de madera dorada, destruido para colocar uno de corte neoclásico que a su vez dio lugar a la colocación del actual, en el cual está una copia del lienzo de la Virgen de Guadalupe que se conserva en la Basílica del mismo nombre en la capital de la República. Este altar está colocado al fondo del presbiterio, el cual está techado con una hermosa bóveda de tracería con múltiples nervaduras y rosetones.
A la derecha del presbiterio se encuentra la amplia sacristía techada también con bóvedas de arista, la cual tiene como elemento fundamental el aguamanil labrado en cantera. Del lado contrario a la sacristía existe la capilla del Sagrario, decorada a fines del siglo pasado en estilo neogótico que es conveniente conservar tal y como se encuentra para mostrar el aspecto y gusto reinante en la época en que se quitó su estilo inicial al Santuario.
5.-OBRAS DE ARTE
Existen inventarios de todo aquello que poseía este templo en cuanto a obras de arte se refiere, pero desgraciadamente mucho de ello ya han desaparecido. Afortunadamente hay algunos objetos dignos de mención especial, como por ejemplo la copia fidedigna que de la imagen guadalupana realizó el famoso pintor -José de Alcíbar, discípulo de Miguel Cabrera y que se conserva en el altar mayor.
Hay un púlpito de alabastro de Tecali con los relieves de los cuatro evangelistas, labrados seguramente en Puebla o en Tehuacán, que a su delicada talla aumenta el mérito de la escasez de obras en este material Su basamento es una columna octagonal también de estilo barroco con anillos entrelazados y profusión de ornamentación que aumenta hasta formar el sostén de la tribuna.
Otro elemento sobresaliente en la decoración de esta iglesia es el aguamanil que se encuentra en la sacristía de estilo churrigueresco, con un gran nicho aconchado dentro del cual hay un delicado relieve de la Virgen de Guadalupe con dos querubines en los lados exteriores del nicho y una concha frente al depósito de agua a través de la cual sale el líquido que cae en una fuente semicircular que con su fondo forma una ménsula torneada.
También son notables las hojas de la puerta principal de acceso al templo, las cuales proceden probablemente de la fecha de terminación de la nave (1789) o tal vez antes, éstas fueron ejecutadas a base de tableros con relieves vegetales y son un bello exponente del arte barroco.
Las pinturas en las pechinas, en la cúpula y la decoración de los muros y bóvedas ejecutada seguramente a fines de siglo XIX subsisten y complementan el aspecto de riqueza de todo el templo y aún cuando sean de una época posterior se integran al conjunto armónicamente.
Por desgracia nada queda del que debe haber sido el retablo mayor de madera dorada, pues el cambio de gusto en la sociedad de la época lo sustituyó por un producto del estilo academicista; sólo el dibujo de Rondé nos muestra el altar en todo su esplendor, admirado por un extranjero y despreciado en la misma época, por aquellos que lo produjeron.
6.-BIBLIOGRAFÍA Y NOTAS
1.- Fray Bernardino de Sahagún, Historia General de las cosas de Nueva España, 3a. ed. Edit. Porrúa, México, 1975.
2.- TOPETE DEL VALLE, Alejandro. Aguascalientes. Guía para visitar la ciudad y el estado, Editado por el autor, Aguascalientes, 3a. Ed. Revisada 1973, p. 163-164.
3.- Doctor Atl (Gerardo Murillo), Iglesias de México, 1525-1925, Vol. VI, Secretaría de Hacienda, México, 1927, p. 110.
4.- VILLEGAS, Victor Manuel, Guadalupe. Santuario de Aguascalientes, Aguascalientes, 1973, (láminas). p. 19
5.- VILLEGAS, V.M. obra citada, p. 20.
Elaboró: Arq. Liceaga
1983
Inmueble de pertenencia
Nombre del Inmueble
Nuestra Señora de Guadalupe