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Nombre del Inmueble
San Francisco
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-000529
Estado, Municipio, Localidad
Michoacán de Ocampo > Tzintzuntzan > Tzintzuntzan (161000001)
Estudio Monográfico
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-000529
Contenidos
1.-ANTECEDENTES
La población de Tzintzuntzan, vocablo purépecha cuyo significado es lugar de colibríes, fue la antigua capital del reino tarasco, del cual existen numerosos restos arqueológicos y abundantísima cerámica (1) como testigos, de su adelanto cultural, destacando de estos las yácatas, nombre con el que se designa en Michoacán a los monumentos arqueológicos, colocadas sobre plataformas y sosteniendo edificios con techo de paja (2). Estas están situadas en las estribaciones del cerro de Yahuarato, a orillas de la actual población, y formaban parte de un gran centro ceremonial.
El periodo de florecimiento del reino fue principalmente entre 1200 y 1521 D.C., y a la llegada de los españoles reinaba Tangaxhoan II, quien tuvo que rendir sus armas al jefe de la expedición conquistadora, Cristóbal de Olid, hecho que se efectuó en 1522. Conquistado el reino, dieron por supuesto que Tzintzuntzan podía seguir siendo su centro administrativo y de acuerdo con ello se le dió el título y rango de Ciudad de Michoacán (3). Con la colonización, los abusos sobre los indígenas y el repartimiento de sus tierras a través de concesiones, mercedes y encomiendas, llegaron a extremos insospechables, por lo que llegadas a México noticias de ello y de la desorganización y crueldades de Nuño de Guzmán y los encomenderos de Michoacán, fue enviado a corregir tal situación en Michoacán Don Vasco de Quiroga, a la sazón oidor de la segunda audiencia.
Aceptó el cargo Don Vasco, siendo consagrado obispo de Michoacán en la ciudad de México, por Fray Juan de Zumarraga, instalando su obispado en Tzintzuntzan, ubicación escogida previamente por el papa Paulo III. Poco tiempo fungió como sede episcopal la antigua capital indígena, ya que fue cambiada en 1540 a la ciudad de Pátzcuaro por el mismo Obispo.
Los primeros frailes franciscanos llegaron a evangelizar Michoacán entre 1525 y 1526, ejerciendo su ministerio con su reconocida entrega, al mismo tiempo que undaban iglesias, y conventos, como el de San Francisco que nos ocupa. Ejercieron la práctica religiosa en Tzintzuntzan hasta 1766, cuando fueron reemplazados por sacerdotes del clero secular.
Una vez que el obispado a Pátzcuaro, comenzó Tzintzuntzan a decaer hasta quedar convertida en un miserable pueblo de indios, como es a la fecha, en que aparece como una simple tenencia: sin embargo, el Gobierno del Estado en Decreto de 27 de abril de 1862 le dió el nombre de Ciudad primitiva (6), siendo erigida en municipio en el año de 1930.
2.-EMPLAZAMIENTO
La actual ciudad de Tzintzuntzan, cabecera del municipio del mismo nombre, se encuentra ubicada en la ribera oriente del lago de Pátzcuaro, desarrollándose entre este y la zona arqueológica que se sitúa al sur de su traza. Se asienta en una amplia llanura, poblada de abundante vegetación, y su traza corresponde al patrón de arnero o retícula impuesta por los primeros españoles en las villas y ciudades que fundaron en el siglo XVI.
Actualmente se accede a la población a través de la antigua carretera que une la capital del estado, Morelia, con la ciudad de Pátzcuaro; en el tramo Quiroga-Pátzcuaro, a ocho kilómetros de Quiroga y diecisiete de Pátzcuaro, se corta la población por el paso de los vehículos que recorren esta importante vía.
Famosa por sus circulares y bellas yácatas, visitadas por infinidad de turistas, cuenta la ciudad entre sus seculares tradiciones con el culto a los muertos que se plasma en la ceremonia de velación efectuada en el panteón lugareño, de gran extensión y cortado por la carretera, en la noche del primero al dos de noviembre, día de muertos, y durante la cual se adornan las tumbas con flores, papel picado, comida y velas o veladoras, permaneciendo los deudos del difunto a su lado del ocaso al amanecer.
El Templo y exconvento de San Francisco se encuentran dentro de un gran conjunto que complementa, a su lado derecho, el antiguo Templo de la Soledad, de gran importancia por sí misma y por la capilla abierta de que consta, todo ello enmarcado por los altos árboles de gran follaje del amplio espacio atrial, entre los que destacan los centenarios olivos sembrados por orden de Don Vasco de Quiroga durante la época en que Tzintzuntzan fue obispado.
Con su entrada principal viendo al sureste, el atrio es antecedido por una plaza en triste estado de abandono, la cual se encuentra sobre la avenida Lázaro Cárdenas, la principal de la población, y que no es otra que la misma carretera Quiroga-Pátzcuaro que adopta tal nombre al cruzar el poblado.
3.-HISTORIA
Nos dice González Galván que Por histórico derecho, Tzintzuntzan, la antigua metrópoli indígena, conserva el más vasto, rico y variado conjunto conventual del siglo XVI, en las riberas del lago de Pátzcuaro (5). Este fue edificado por los frailes de la orden Franciscana después de su arribo a Michoacán en el año de 1526, y la fundación de el convento fué la primera realizada en este territorio. La actividad constructora se ésta orden registrada por Kubler en Tzintzuntzan está comprendida entre los años de 1530-1540 y de 1590 a 1600 en dos diferentes etapas.
El mismo autor señala al autor de la obra y la época de construcción cuando dice que El antiguo establecimiento, construido después de 1533 bajo la dirección de fray Juan de San Miguel, que llegó a Michoacán con Quiroga, fué sustituido por completo por una reconstrucción tardía dell siglo XVI, (6) y añade que se reconstruyeron desde los cimientos y hacia 1590, el templo y el convento bajo la supervisión de fray Pedro de Pila (muerto c.a. 1597), quien fue responsable del proyecto y realizó, también, la reconstrucción del templo de Zacapu (7). Esto hace que la paternidad de la edificación que hoy admiramos se atribuya a este fraile constructor, ya que la obra de fray Juan de San Miguel no perduró.
Se sabe también el primitivo templo que erigieron los frailes franciscanos, que fuera catedral y actualmente es parroquia, fué residencia de Don Vasco cuando alojó al Obispado de Michoacán en su inicio. El material empleado en tal primitiva construcción fue de origen arqueológico en gran parte, ya que se utilizó en la edificación del templo cristiano piedra que formaba parte de las yácatas prehispánicas, templos paganos de los indígenas.
En cuanto al claustro del convento, se dice que es De principios del siglo XVII la construcción... y así lo dejan sentir sus pilares toscanos de fuestes tablerados y la sencilla moldura de sus arcos (8). La capilla abierta del hospital anexo, que está fechada en 1619, es seguramente obra del mismo autor del claustro conventual, ya que el diseño de sus tres arcos frontales es similar al de los existentes en el claustro. Es posible que la portada del hospital fuese construida a mitad delsiglo XVI, época en la cual sucedió lo mismo con la iglesia de la Soledad en su fachada, la cual fue unida al gran espacio atrial del conjunto religioso.
Corresponden a la primera época del convento las estaciones del Via Crucis, hoy convertidos en nichos maltrechos y deshabitados de imágenes en el gran atrio de Tzintzuntzan, que erguidas entre los centenarios olivos nos recuerdan el inflamado culto al aire libre tan característico del siglo XVI.
4.-DESCRIPCION ARQUITECTONICA
A la fachada principal del Templo de San Francisco se llega a través de un fresco sendero de piedrecillas sombreado por los altos pinos que pueblan el amplio espacio atrial. A mitad del recorrido, una antigua cruz atrial de piedra, proveniente del siglo XVI, nos muestra en su bajorrelieve los símbolos de la pasión en su indudable manufactura indígena, sobre un moderno pedestal de tosca fábrica.
De suma sencillez y sobrias líneas, el conjunto de esta fachada consta de varios elementos que se articulan sin pretensiones de grandiosidad, pero con total lógica en su desarrollo. Al lado izquierdo, se acusan los dos pisos del exconvento, con pequeñas ventanas rectangulares en el piso alto, y solamente un gran arco en la portería y entrada del convento, al extremo derecho de su fachada. Antes de ella, el convento se remete para alojar a la capilla abierta, de un solo nivel, con su gran arco de medio punto decorado descansando en pilastras de corto basamento, continuando después de ésta el paño del convento.
La fachada del templo se encuentra a la derecha de la anterior, de esquema cuadrado, sin torre y con el bajo cuerpo adosado del bautisterio que la escalon en su lado derecho. Aplanada con mezcla, destaca sobre este recubrimiento la portada de cantera labrada que corta en tres franjas verticales el cuadrado de su muro. Es notorio que el actual aplanado, que mal recorta el aparejo de la cantera, no corresponde en sus límites a la forma original, y probablemente cubriera la parte plana del aparejo citado, dejando aparentes los elementos labrados. Se desarrolla la portada a partir e la puerta con hojas antiguas de madera entablerada, cerrada por doble arco de medio punto, remetido el inferior que descansa sobre capiteles de extraordinaria riqueza imaginativa, que rematan a pesadas pilastras de corto basamento, en tanto que el arco superior termina en sencillas ménsulas decoradas. El extrados de estos arcos está labrado con distintos motivos en cada caso, y en ambos resalta la fuerza y elegancia de éstos; separando ambos decorados, una gruesa entrecalle lisa dá con su claroscuro un acento de fuerza a la composición.
A ambos lados de la puerta, esbeltísimas columnas platerescas se desplantan sobre altos basamentos entablerados, y sobre sus capiteles una sencilla cornisa cierra el primer cuerpo de la portada. En el segundo, la ventana coral partida por morisco ajimez decora su doble arco de medio punto con platerescas conchas bautismales, motivo que cierra a la portada en una gran concha que se cierra sobre un frontón triangular. El conjunto de esta fachada, con el juego de paños remetidos de convento y capilla abierta y su sencillez de líneas horizontales y verticales en sabia composición, dio ejemplo de la armonía y tranquila belleza de la arquitectura franciscana del XVI.
El muro lateral derecho, del templo se encuentra sin aplanar, al igual que el absidal, en el que destaca un gran arco botarel en el que aparecen labradas una cruz y una concha y sobre ellas, rematando el contrafuerte, una escultura de San Miguel Arcángel de antigua fábrica. Pesados contrafuertes refuerzan muros absidal y lateral, al cual se adosan construcciones recientes. La cúpula recorta su doble tambor en forma de octógono irregular sobre el azul cielo michoacano, con óculos circulares y ovales el tambor bajo y ventanas de medio punto en el alto. Sus ocho gajos se acentúan con fuertes nervaduras y como remate surge un gracioso cupulín.
Su interior, de una sola nave, ti ene en el muro derecho, en el sotocoro, la puerta que da acceso al bautisterio, de planta cuadrada y cubierto con bóveda de arista con sencilla pila bautismal. La nave se divide en cinco entre-ejes, separados por pilastras que soportan arcos formeros y fajones de medio punto, los cuales reciben la bóveda de medio cañón con lunetos de la cubierta. En el ábside, de ancho menor que la nave, existen dos entre-ejes, igualmente separados por pilastras el primero de igual cubierta y el segundo con medio casquete esférico. Sobre el quinto entre-eje se situa la cúpula, cuya vista interior impresiona por su extraordinario y raro diseño, y que su planta octogonal se inscribe en un rectángulo, lo que define dos lados mayores que lo seis restantes, creando singular efecto. En el cuarto entre-eje, al lado izquierdo, se encuentra una puerta que comunica con el convento, y frente a esta capilla lateral, cubierta con bóveda de media naranja sobre corto tambor que descansa sobre pechinas.
El coro alto descansa sobre arco carpanel y pilastras, volando a los lados su balaustrada de piedra en forma de tímpanos. Separa al presbiterio de la nave un arco triunfal de cantera sobre pilastras cilindrícas, y en su extrados aparece labrado el cordón franciscano. En el presbiterio, el altar principal es un soberbio ciprés de dos cuerpos, proveniente del siglo XIX, con dos nichos empotrados en el muro absidal en cada costado.
El convento cuenta con dos pisos y su bello claustro, con sus muros decorados con temas religiosos por los franciscanos, es de bellas proporciones que acentúan la gracil sencillez de sus pilastras con tablero y sus arcadas de medio punto con molduraciones que los aligeran.
5.-OBRAS DE ARTE
De las pinturas murales existentes en el convento, diremos en primer lugar que su atrial estado es de grave deterioro causado por años, tal vez siglos, de incuria no exenta de vandalismo, y no h sido sino en los últimos años que e ha tratado de evitar su pérdida total, a través de trabajos de preservación de este rico tesoro artístico y cultural. Provenientes de fines del siglo XVI ó principios del XVII, después de la segunda construcción del edificio que hiciera fray Pedro de Pila, añaden a sus indudables valores artísticos la finalidad didáctica necesaria para la mejor evangelización de los indígenas.
En cuanto al templo, vale la pena mencionar en primer término el hermoso ciprés del altar mayor, obra del siglo XIX de gran calidad tanto en su elegante diseño como en su fábrica, en la cual se conjugan armoniosamente las canteras aparentes con molduras enlucidas y coloreadas. Consta el citado ciprés de dos cuerpos, siportado el inferior por esbeltas columnas apoyadas en un gran zócalo, con capitel corintio y entablamento circular moldurado, sobre el que un segundo cuerpo con similares pero más cortas columnas soportan un nuevo entablamento una cupulill esférica, rematada por una cruz. En la parte posterior de este segundo cuerpo, unos elegantes contrafuertes decorados, en forma de roleos, sostienen elegantes jarrones que se repiten en el remate del cuerpo inferior. Indisolublemente ligado al altar, el patrono del templo, San Francisco de Asís, se encuentra entronizado en la parte superior del altar, en imagen de finísima talla y gran expresividad, la que acentúa al sostener en su mano derecha la cruz y en la izquierda una calavera. Esta imagen, probablemente dieciochesca, es quizá la más valiosa desde el punto de vista artístico, de las contenidas en el templo, aunque no es de menor mérito el Cristo crucificado de pasta de caña que, semioculto en la penumbra del cuerpo inferior, muestra a los fieles el dolor de su agonía redentora.
En los nichos que flanquean al ciprés se encuentran, del lado izquierdo, un Sagrado Corazón de pasta, de regular calidad, y del derecho, una Asunción de María de buena factura. Fuera del presbiterio, un San Antonio Abad con Niños Jesús de buena calidad se encuentra en el lado izquierdo del arco triunfal, y del derecho un San José. En la capilla lateral, y enmarcado en sencillo altar de cantera con aplicación de oro, un gran lienzo al oleo conocido como El Señor del Rescate recibe el culto de los fieles. En él aparece el Nazareno con las manos atadas, coronado de espinas y cubierto del manto púrpura con el que hicieron bofa de su celestial reinado, rodeado de soldados que se mofan de él, en tanto que en el ángulo inferior izquierdo, San José sostiene en sus brazos a una desmayada Dolorosa. Cuadro de grn calidad éste, proveniente del siglo XVIII probablemente.
En el bautisterio se puede admirar la gran pila bautismal de antigua factura, tallada en piedra con gran sencillez, sin los frecuentes decorados en bajorrelieve que ostentan estas piezas, lo que no la hace carecer de belleza en su diseño, y un magnífico Cristo, probablemente del siglo XVI, talla en madera en la cual el escultor imprimió su propia interpretación del Crucificado, cosa que es notoria al observar la singular solución que dió a las inflamadas venas de sus brazos.
6.-OBRAS RECIENTES
En los años recientes, la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología ha realizado, a través de su Dirección de Obras en Sitios y Monumentos del Patrimonio Cultural, una importante labor de preservación del templo y convento de San Francisco en Tzintzuntzan; dentro de ella cabe destacar los trabajos de fijación y limpieza de la pintura mural del claustro; los trabajos de liberación de elementos agregados al edificio original, tal es el caso del segundo piso que existió hasta hace algunos años sobre parte de la capilla abierta del convento, y que con buen tino fue remolido restituyendo al conjunto su fachada auténtica; diversas intervenciones de limpieza, consolidación y liberación en elementos constructivos, y cuidado de techumbres reparando aquellas que amenazaban con filtraciones de agua.
7.-NOTAS BIBLIOGRAFICAS
1. Marquina, Ignacio. ARQUITECTURA PREHSPANICA. Pág. 252.
2. IBIDEM
3. Foster, George M. TZINTZUNTZAN. LOS CAMPESINOS MEXICANOS EN UN MUNDO EN CAMBIO. Pág. 31.
4. Torres, Mariano de Jesús. DICCIONARIO HISTORICO, BIOGRAFICO, ESTADISTICO, ZOOLOGICO, BOTANICO Y MINERALOGICO DE MICHOACAN. Pág. 483.
5. González Galván, Manuel. ARTE VIRREINAL EN MICHOACAN. Pág. 88.
6. Kubler, George. ARQUITECTURA MEXICANA DEL SIGLO XVI. Pág. 599.
7. IBIDEM, Pág. 133.
8. González Galván, Manuel. OP. CIT. Pág. 91.
8.-BIBLIOGRAFIA
Marquina, Ignacio. ARQUITECTURA PREHISPANICA: I.N.A.H. S.E.P. México, 1964.
Foster, George M. TZINTZUNTZAN. LOS CAMPESINOS MEXICANOS EN UN MUNDO EN CAMBIO. Fondo de Cultura Económica. México, 1976.
Torres, Mariano de Jesús. DICCIONARIO HISTORICO, BIOGRAFICO, ESTADISTICO, ZOOLOGICO, BOTANICO Y MINERALOGICO DE MICHOACAN. Imprenta Particular del autor. Morelia, 1915. 3 Vols.
González Galván, Manuel. ARTE VIRREINAL EN MICHOACAN. Frente de Afirmación Hispanista, A.C. México, 1978.
Kubler, George. ARQUITECTURA MEXICANA DEL SIGLO XVI. Fondo de Cultura Económica. México, 1982.
ELABORO: ARQ. RAMON M. BONFIL
FECHA: 1985.
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San Francisco