Nombre del Inmueble
San Francisco Javier
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-001949
Estado, Municipio, Localidad
Estudio Monográfico
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-001949
Contenidos
1.-ANTECEDENTES
La Misión de San Francisco Javier Vigge Biaundo se localiza en el ojo de agua llamado de Biaundo a treinta y un kilómetros de la Misión de Nuestra Señora de Loreto; el sitio fue descubierto por el Padre Francisco María Piccolo de origen siciliano, el 11 de mayo de 1699 (1), año y medio después de la fundación de la Misión de Nuestra Señora de Loreto.
Los primeros informes que se tuvieron de la existencia de Vigge (2), sitio donde posteriormente se estableció la Misión, fue a través de unos nativos, ya que para estas fechas se había inspeccionado tanto al norte como al sur en torno a las costas del Golfo de California, sin haberlo hecho hacia el oeste por las características tan agrestes que presenta la Sierra de la Giganta; sin embargo el Padre Salvatierra no daba crédito a los comentarios de los indígenas, y continuaba con su labor en Loreto, propiciando la entrada de las misiones al oeste, resultado de enviar algunos indios de Vigge (San Javier) a las costas de Sonora, fue así como al regresar los de Vigge comentaron que en su lugar de origen era posible llevar a cabo la siembra pues había tierra y agua, comentarios que se relacionaron con los hechos por otro indio de nombre Pablo, y por la insistencia de los naturales, que envió al Padre Francisco Piccolo acompañado del capitán Tortoledo y Torres y otros nueve soldados todos en buenos caballos y acompañados por algunos indios, según describe Piccolo (3), que en el transcurso de su exploración encontraron a su paso un arroyo corriendo lleno de agua, el cual causó una grata sensación en sus compañeros que para esas fechas no creían en la existencia de lluvia en esas tierras, situación que los motivó a seguir adelante, posteriormente se percataron que se encontraban mal dirigidos pues ellos creían que Vigge era una ranchería y realmente era una provincia de altas montañas. Los naturales de estas tierras se llamaban Gente de Vigge.
Después de haber penetrado en la sierra al inicio del mes de mayo, y animados por la gran inclinación de los indígenas y acompañado por algunos de estos, se inicia el bautismo de los moradores de Vigge Biaundo y la instrucción necesaria en los adultos que querian ingresar en el gremio de la iglesia, tomada la decisión de establecer una misión en este lugar. Dandose a la tarea de abrir el camino de Loreto a este sitio que queda terminado en junio del mismo año, y en octubre inicia la construcción de una capilla y algunas habitaciones de adobe, originandose así la Misión de San Francisco Javier Vigge Biaundo con donaciones de Don Juan Caballero y Ocio (4). La Capilla fue dedicada bajo el nombre de todos los Santos por el padre Salvatierra, el primero de noviembre del mismo año; aunque Piccolo realizó una labor inicial de evangelización auxiliada por indígenas ya cristianizados, existían diversos grupos de indios hostiles que atacaban la Misión lo que provocó el abandono de la misma en 1701, la Misión fue restablecida en el sitio actual por el padre Juan Ugarte ya que el padre Piccolo fue cambiado a otros empleos del clero.
Juan de Ugarte de origen hondureño, dirige la Misión de San Francisco Javier a partir del 19 de marzo de 1701, donde con su dedicación y creatividad contribuyó fuertemente a la conquista espiritual de las Californias. Hizo de San Francisco Javier una de las Misiones más importantes de aquella época, contando con diversos grupos indígenas Guaycuras y Cochimíes que tenían algunas diferencias de lenguaje.
El padre Juan Ugarte muere en el año de 1730 y para los fieles de San Francisco Javier, representó una pérdida muy importante pues fue él, quien consolidó el establecimiento misional y propició el arraigo a la tierra de los indígenas, que anteriormente eran nómadas.
Posteriormente Miguel del Barco en 1744, inicia la construcción del actual templo con piedra extraida de una cantera localizada en el arroyo de Santo Domingo, terminando su construcción en 1759, e incorporando a la Misión de San Francisco Javier las visitas de Santa Rosalía, San Miguel de Comondú, San Agustín, La Presentación, San Pablo y los Dolores del Norte.
La Misión de San Francisco Javier es abandonada en 1817 (5), y a partir de entonces solo ha sido utilizada ocasionalmente.
2.-EMPLAZAMIENTO
El sitio donde se localiza la Misión de San Francisco Javier, actualmente no es de tan difícil acceso como en la época de los misioneros, los cuales destinaron gran esfuerzo a esta tarea, ya que cuenta con una terracería que da acceso al poblado viniendo por la carretera transpeninsular, localizándose dicho entronque de sur a norte, antes de Loreto en el descenso que hace la carretera en el paso Rancho Viejo y los Hornos.
Conviene aclarar que San Javier fue la segunda misión estable en Baja California Sur, no por objeto de la casualidad, sino por sus características físico-naturales, sobre las cuales los jesuitas en un tiempo se mostraron escépticos, ya que dudaban mucho sobre la existencia de algún sitio semejante al que los indios comentaban, sin embargo en San Javier se cuenta con un clima seco con un régimen de lluvias en verano, y la vegetación que aquí se da es de matorrales bajos con algunos árboles como: el palo blanco, cardones y otros.
Como anteriormente se menciona, los naturales llamaban a dicha cañada con el nombre de Biaundo y actualmente se le llama arroyo de Santo Domingo, el cual desemboca en el valle del mismo nombre; estas características hicieron posible el cutlivo de diversos frutos tales como: la vid, palma, dátiles, olivos, naranjas, y limones entre otros, que han existido desde la época de los misioneros específicamente desde que el padre Juan Ugarte se dio a esta tarea.
Inicialmente la misión se ubicó en el sitio donde hoy se le llama San Javier Viejo, y el actual templo se localiza en San Javier que antiguamente tenía el nombre de San Pablo, a unos 5 kilómetros aproximadamente del anterior, dispuestos en los márgenes del arroyo de Santo Domingo, presentando un desarrollo lineal en torno a una avenida principal, la cual fue desde sus inicios el eje principal que estructurara el poblado, ya que en el caso de San Javier como en los demás establecimientos misionales, la iglesia es el punto de nacimiento del asentamiento humano.
Este conjunto misional definió el crecimiento del poblado, ya que del conjunto misional a la cruz atrial se conforma la avenida principal en doscientos metros aproximadamente, así mismo en torno a ésta se encuentran dispuestas las huertas con las casas al frente de las mismas, dando forma a lo que podemos llamar el primer bloque o asentamiento inicial, que creció en torno a este paseo o avenida principal.
El conjunto urbano presentaba inicialmente un camellón con el remate que da la misión respaldada por el espinazo de la Sierra de la Giganta, que ofrece diversas tonalidades según la época del año por lo sensible de la lluvia, era muy agradable y hasta ahora contrasta de manera contradictoria con el tipo de obras realizadas, las cuales tienen un carácter urbano sin ningún criterio de integración al paisaje natural y arquitectónico, pues las casas son de adobe pintadas de blanco y con techos de palma. Por otro lado, podemos decir que San Javier funciona como centro de servicios en el medio rural a partir de la introducción de la terracería de acceso en 1940, ejemplo de esto es la Escuela Rural que funciona desde principios de siglo y que en 1953 se estableció como albergue escolar dando apoyo a las rancherías que se localizan en la región.
Finalmente el valor histórico de San Javier en su conjunto es un mosaico de contrastes históricos y naturales que en general muestran su origen y evolución, dentro de una sencillez y tranquilidad características de la zona.
3.-HISTORIA
La Misión de San Javier surge como todos los establecimientos misionales, como primera etapa de construcciones frágiles y de características improvisadas, siendo más bien enramadas; sin embargo este hecho significaba mucho, tanto para los misioneros como para los indígenas, pues los primeros obtenían un resguardo para organizarse y poder impartir un oficio, y los indios se mostraban halagados con este hecho pues pensaban que siempre tendrían un misionero junto a ellos y sobre todo comida.
De tal manera que para poder establecer la Misión de San Javier, se tuvo que construir un camino que comunicara a San Javier con la Misión de Loreto. Construcción que se había calculado para un tiempo aproximado de tres meses, según describe el mismo Piccolo: se iniciaron los trabajos a principios del mes de junio, y al respecto comenta la siguiente anécdota (6), ya que la tarea era sumamente dura, todos los españoles que participaban se habían quedado sin zapatos, teniendo que pedir cuero a Loreto para habilitar unos de manera improvisada, sin embargo al llegar a un punto donde se necesitaba la construcción de un puente, que implicaba un mes más, se acercó un indio a Vigge y les comentó que el camino resultaba mejor por otro lado, los españoles como siempre dudaron de que fuese cierto y mandaron a Don Cristóbal Gutiérrez y el soldado Melchor de Luna para reconocer, percatándose de la existencia de una vereda que facilitaba en mucho la tarea de dar acceso a San Javier, entrando por primera ocasión a caballo el 12 de junio del año citado e iniciando en el mes de octubre la construcción de una iglesia contando con gran ayuda del Capitán Mendoza, quien organizó a los soldados que fabricaron adobes; cuando éstos quedaron listos, en dos días se levantó la capilla y en dos más se terminó de techar, medía siete varas de largo y cuatro y media de ancho y como aposento del padre, se construyó una habitación y una salita con techo de zacate.
La Misión tuvo que ser abandonada por los ataques de algunos indios inconformes. Anteriormente a ello, el sitio de restablecimiento se cambió a uno de nombre de San Pablo, cercano al primero, quedando como nombre del anterior San Javier Viejo y el segundo lleva actualmente el nombre de San Javier. En este sitio Miguel del Barco en 1744 (8), desde su fundación hasta el momento en que se inicia la construcción, comenta que este era un sitio cuyas características climáticas eran bastante saludables y benignas, que se encontraba rodeada por naciones de diversas lenguas que en su raíz son las mismas y cuya devoción por la iglesia era ya parte de ellos, en otra carta del Padre Del Barco, describe la situación por la cual inicia la edificación de piedra, refiriéndose a las malas condiciones en que se encontraban las capillas o iglesias en ruinas, así como los inconvenientes a que se enfrentó para la obtención de mano de obra, ya que existían pocos maestros y no todos querían ir a realizar trabajos a lugares tan lejanos; sin embargo la construcción se concluyó y se bendijo y se estrenó en el año de 1758 durante el mes de abril, en éste mismo informó que San Javier contaba con 45 familias y era Cabecera de Santa Rosalía, Nuestra Señora de los Dolores y San Javier Antiguo con respecto a éstos, San Javier había demostrado una mejoría sustancial, ya que de todas las misiones de Baja California en los 24 años anteriores a 1762 era la única que no había evolucionado.
La población de San Javier decreció bastante por las pestes ya que en los años de 1745 contaba con 485 habitantes y en 1800 sólo con 111, aunque no se cuenta con un dato exacto se presume que el arquitecto del templo fue su propio constructor o sea el padre Miguel del Barco.
En mayo de 1773, bajo inventario los dominicos recibieron de los jesuitas un desglose referente al conjunto misional, el cual describimos con el objeto de verificar lo que existe con lo que se recibió: Una iglesia de siete varas y media de ancha y cuarenta y una de largo, de cal y de canto, con su crucero media naranja, campanario, sacristía de cuatro varas y media de ancho y ocho de largo, oficina de ella con el mismo ancho y largo; su bautisterio de tres varas y media de ancho y cuatro y media de largo y su coro, todo lo dicho es de bóveda (coincide estas referencias con las medidas actuales). Tres retablos dorados, los dos nuevos y uno viejo bien tratado. En el mayor de ellos está el Santo Patrono San Francisco Javier, de talla y ocho lienzos de varias advocaciones y una lámina de Nuestra Señora de Loreto, los dos colaterales, el uno de Nuestra Señora de los Dolores, con siete cuadros de varias advocaciones con sus marcos dorados. Dos nichos de media caña, de los cuatro sectores que adornan las pechinas.
El campanario tiene seis campanas medianas, dos de ellas están quebradas.
Vivienda y oficina de la casa de dos cuartos de cal y canto con su bóveda; uno de adobe y terrado; dos trojones (graneros) de piedra y lodo; un cuarto que sirve al soldado de escolta (9).
Actualmente la iglesia original contiene un retablo dorado con cinco óleos, traidos de la Ciudad de México, estatua de San Francisco Javier y Nuestra Señora de Guadalupe y un crucifijo, todos del siglo XVIII, dos de sus campanas llevan la fecha de 1761 y la tercera de 1803.
Aunque la misión fue abandonada en 1817, a diferencia de las demás no fue objeto de vandalismo, debido principalmente a su localización alejada de la carretera transpeninsular, permitiendo que en el conjunto se aprecie lo que escribió el Padre Miguel al concluir su obra, descripción que es en esencia igual a la que al paso del tiempo vieron y describieron Sales Beagert, Palóu y el viajero North en 1910, este último mencionó la existencia de algunos frescos en las paredes, los cuales no sobreviven.
La Misión de San Francisco Javier es la más completa y original de todas las que conforman el Patrimonio Misional, sin embargo ésta no ha escapado al deterioro que la negligencia y el descuido ocasionan, lo que consecuentemente ha alterado su originalidad a pesar de que la población la utiliza regularmente.
La Misión de San Javier tiene ricas tradiciones y dentro de éstas, se tiene la de principios de diciembre cuando festejan las fiestas de San Francisco Javier, siendo visitado por personas de diversos pueblos como: Loreto, Mulegé y Comondú entre otros, lo que demuestra la importancia de la misma dentro de las costumbres religiosas y los esfuerzos para mantenerla en uso.
4.-DESCRIPCION ARQUITECTONICA
El conjunto consta de templo, sacristía, habitaciones anexas, atrio y camposanto, así mismo adosado en el ábside hacia el oeste existen unos anexos que corresponden a las habitaciones misionales. En la parte sur existen restos de cimientos que nos indican que el conjunto era mucho más grande.
El atrio está delimitado por medio de una barda de piedra y tiene unas escalinatas de cantera para subir al camposanto, al mismo tiempo, del muro salen unas gárgolas de cantera para desaguar las aguas pluviales.
La cruz atrial ubicada al frente del templo, hecha de cantera labrada, sostenida por un zócalo que consta de cuatro cuerpos, que van disminuuyendo de proporción, el primer cuerpo es una planta cuadrada, todo chapeado con cantera labrada colocada a hueso. La cruz actualmente se encuentra desproporcionada ya que a través del tiempo ha perdido varias de las vértebras del palo vertical, las que se unían por medio de grapas metálicas.
La fachada norte es sencilla, la parte central la podemos dividir en tres cuerpos: en el primer cuerpo la portada alberga una puerta de madera entablerada, enmarcada por unas jambas que sostienen un arco de medio punto ornamentado con motivos de hojas de vid, en la clave del arco está inscrito el año de 1758 fecha en que se terminó la misión.
Inmediatamente en la parte superior del arco en cantera, en bajo relieve aparece un escudo de la orden de los jesuitas, remata un arquitrabe también de cantera al igual que el friso y el cornisamiento; arriba del entablamento una ventana rectangular por la cual se ilumina el coro, hermosamente dorado; a los lados unas columnas adosadas al muro decoradas en forma salomónica, (columnas de fuste contorneado en espiral) estas columnas están unidas por un cornisamiento en la parte superior; continúan estas columnas más angostas y también decoradas en forma salomónica; enmarcan estas columnas, otras dos columnillas, a su vez, éstas enmarcan una especie de copa de cantera. En la parte superior se encuentra un tímpano en forma de arco de medio punto, este tiene como remate una aguja de piedra.
A la izquierda del elemento central tenemos la torre del campanario, la torre es de base cuadrada y está compuesta por dos cuerpos, cada cuerpo tiene vanos por cada cara que rematan en la parte superior en medio círculo, el segundo cuerpo es de menor sección y está rematado por un cupulín y sobre éste una veleta.
Al lado derecho del acceso se aprecia una gárgola y un capitel como cubierta de la escalera que sube al coro, también apreciamos una bóveda de cañón que une al templo con los recintos misionales con unos vanos de ventana enmarcados en cantera, así mismo observamos una sección de muro semiterminado.
Por la fachada este el acceso a la nave principal es por medio de un vano rectangular rematado por un arco conopial, (arco cuyos elementos se une en punta) sobre éste un entablamento y una ventana cuadrada, y en la parte central de la misma, una cruz labrada de cantera, todo enmarcado por pilastras que sobresalen del parámetro del muro lateral de la nave.
Ventanas de forma cuadrada iluminan la nave del crucero y los recintos misionales, los cuales también tienen gárgolas de cantera. Los vanos de la parte lateral de acceso a la nave principal en la parte superior tiene un arco lobulado abierto hacia el interior del templo.
La fachada sur es muy sencilla, con puertas y ventanas enmarcadas en cantera labrada junteadas en hueso, al igual que gárgolas de piedra para desa guar aguas pluviales.
Las pilastras que están adosadas a los muros laterales del templo, tienen además la función de contrafuertes, variando todas en sus dimensiones y ornamentación; el único elemento que permanece invariable es el remate que consiste en una aguja de cantera que aún conserva vestigios de pintura de cal.
La planta arquitectónica del templo es de cruz latina, la nave principal está orientada de norte a sur, la podemos dividir en cinco secciones por medio de pilastras adosadas al muro, en estas pilastras de cantera descansan arcos de medio punto que a su vez distribuyen los esfuerzos de la bóveda que sirve de cobertura a la zona.
El casquete esférico en el crucero de la nave, descansa sobre pechinas; el remate del casquete tiene una linternilla y sobre ésta un cupulín.
En el sotocoro y a la derecha del acceso oeste, una torre de campanario, que en su parte baja se encuentra el bautisterio; a la izquierda una escalera de caracol para subir al coro. Desde el coro, por medio de otra escalera de caracol se sube a la torre del campanario, en el coro también existe una balaustrada de madera.
En el presbiterio se localiza el retablo mayor tipo tríptico, o sea tres páneles dispuestos en forma vertical; en el primer cuerpo está como elemento principal una escultura de madera de San Francisco Javier; en el segundo y tercer cuerpo pinturas al óleo; los páneles laterales son simétricos, en el sotobanco (parte interior del retablo) una puerta de madera entablerada y en los cuerpos superiores pinturas al óleo; el cuarto cuerpo remata en la parte superior con un tímpano.
El crucero tiene como cubierta bóvedas de arista que descansan sobre pilastras de las mismas características de la nave principal.
En ambos brazos del crucero encontramos altares semejantes de forma tríptica, el panel central se encuentra dividido en tres cuerpos, en el primero una imagen religiosa, en los dos cuerpos superiores dos pinturas al óleo enmarcadas en forma cuadrada, los páneles laterales son simétricos y se encuentran divididos en tres cuerpos: el primero y el segundo cuerpo son iguales con pinturas al óleo de temas religiosos, el tercer cuerpo tiene una pequeña pintura al óleo, el marco central de estos dos retablos al igual que el retablo principal es de madera en color dorado.
La sacristía se localiza hacia el poniente del presbiterio, teniendo entre ambos comunicación directa; la planta es de forma rectangular, estando cubierta por una loza plana, en su interior se pueden observar casillas y ornamentos en general de un gran valor histórico y artístico.
En el interior del templo resalta el espléndido piso original de piezas rectangulares de cantera, colocadas en forma cuatrapeada, que por su calidad han perdurado a través del tiempo.
5.-NOTAS Y BIBLIOGRAFIA
(1). MATHES, Michael. Las Misiones de Baja California 1683-1849. Editado por el gobierno del Estado de Baja California Sur. Editorial Aristos. 1977. p.57
(2). MARTINEZ, Pablo. Historia de Baja California. Edición 1956. Editorial Baja California Sur. p.156
(3). MARTINEZ, Pablo. Op. cit. p.157
(4). MATHES, Michael. Op. cit. p.57
(5). MATHES, Michael. Op. cit. p.57
(6). MARTINEZ, Pablo. Op. cit. p.159
(7). DEL BARCO, Miguel. Historia Natural y Crónica de la Antigua California. Edición, estudio preliminar, notas y apuntes de Miguel Portilla, del Instituto de Investigaciones Históricas de la U.N.A.M. p.423
(8). Inventario proporcionado por el Prof. Eligio Moisés Coronado. La Paz, B.C.S.
HINOJOSA, Salvador. Las Misiones en Baja California Sur. Inédito.
Elaborada por: Arq. Salvador Hinojosa Oliva Junio 30, 1984
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San Francisco Javier Vigge Biaundo