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Nombre del Inmueble
San Marcos
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-001940
Estado, Municipio, Localidad
Aguascalientes > Aguascalientes > Aguascalientes (010010001)
Estudio Monográfico
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-001940
Contenidos
1.-ANTECEDENTES E HISTORIA
Los indígenas que habitaban en la región fueron nómadas, no tenían un lugar fijo de asentamiento, recolectaban frutos, y vivían de la caza de venados y otros animales pequeños. A esos grupos, la mayoría de los españoles los llamó chichimecas y por su rudeza y resistencia, por su conocimiento de la región, su movilidad, y por su táctica de no enfrentarse directamente al enemigo sino ir causándole daños constantes aunque pequeños, los hizo muy difíciles de combatir.
Después de la penetración inicial de los españoles a través del capitán Pedro Almendes Chirinos, en abril de 1530, irán pasando otros exploradores de los cuales se conoce poco. Sin embargo, el descubrimiento clave de la región es el que realiza Juan de Tolosa en 1546 y serán las minas de Zacatecas. Con ese hallazgo y el siguiente en 1548 en Guanajuato, queda definida la región de Aguascalientes como clave en la unión de ambos sitios con la ciudad de México, el camino de la plata y por otro lado con Guadalajara, que sería la capital de la Nueva Galicia.
Con la fundación de la Villa de Nuestra Señora de la Asunción de las Aguas Calientes el 22 de octubre de 1575, se tratará de consolidar y arraigar el nuevo poblado, siendo unos de los pasos principales, la fundación, a poca distancia, del pueblo de San Marcos en 1604. Las razones para la fundación que da el investigador Jesús Antonio de la Torre Rangel son: a) lo disminuida que se encontraba la población de Aguascalientes, b) como protección a la misma ciudad de Aguascalientes, c) como ejemplo para las tribus salvajes, en concreto a las chichimecas, y d) consecuencia de la legislación proteccionista de la época (1). Durante el siglo XVII el problema principal que tiene el pequeño pueblo de indios es con los latifundistas que no permiten que llegue el agua para que rieguen sus huertas y éste llegará a la prohibición de sembrar ciertos cultivos (2). El cronista de la ciudad de Aguascalientes , Alejandro Topete del Valle, afirma que el 30 de mayo de 1738 se aumentaron las tierras que tenía el pueblo, aprovechando los indígenas hacer un nuevo cementerio, allí es donde se enterraron las víctimas del temido matlazáhuatl, fiebre eruptiva hoy conocida como tifo, que asoló la región en ese año y el siguiente (3).
Se fusionó oficialmente el pueblo a la ciudad desde mediados del siglo XVIII, llamándose Barrio de Aguascalientes en 1821. Siete años después se autoriza la primera fiesta de San Marcos. Poco después nació muy cerca del Jardín de San Marcos, en 1852, el célebre grabador José Guadalupe Posada Aguilar, famoso por sus críticas a la dictadura porfirista y por sus sonrientes calaveras.
Por la popularidad de la feria que se fue arraigando en el siglo XIX se construyó junto a la iglesia un Salón de Exposiciones por el entonces gobernador Francisco G. Hornedo entre 1883 y 1887. Poco después, precisamente el 24 de abril de 1896, se inauguró la Plaza de Toros de San Marcos (4).
Por lo que se refiere a la parroquia de San Marcos, inmediatamente después de que se fundó en 1604 el Pueblo de Indios de San Marcos, se inició la construcción de una humilde capilla que probablemente funcionó al siguiente año. Por 1647 se comenzó la reconstrucción de la capilla de indios terminándose en 1655. La titular era la Virgen de Nuestra Señora de la Concepción y se formó una cofradía para efectuar obras de caridad a nombre de la patrona, conocida popularmente como la Virgen del Pueblito.
El 14 de noviembre de 1720 llega el visitador doctor don Nicolás Carlos Gómez de Cervantes conociendo iglesia y enfermería del pueblo. Trece años después entra como párroco de Aguascalientes el doctor don Manuel Colón de Larreátegui, sacerdote ilustrado y muy humano que ayuda personalmente a los enfermos durante la segunda gran epidemia de Matlazáhuatl en que muere casi el diez por ciento de la población entre 1738 y 1739. Será incansable recolectar de lismosnas para la construcción de la mayoría de la iglesias de la ciudad y alrededores. Gracias a él se inicia la construcción del actual templo de San Marcos que fue dedicado el 15 de diciembre de 1763. La obra es principalmente resultado del trabajo de los indígenas del pueblo y tiene una interesante fachada churrigueresca con cierto acento popular (5). Se terminó la torre el 15 de diciembre de 1765 y diez años más tarde, el insigne pintor José de Alcíbar, discípulo de José Ibarra, terminó su cuadro de la Adoración de los Reyes que actualmente está en la sacristía.
El subdelegado don Pedro de Herrera y Leyva describe el templo en 1794 diciendo: La iglesia del Pueblo de San Marcos, arrabal de indios de esta cabecera, hace ventaja a la Parroquia en fábrica y ornamentos... (6). Entonces el pueblo tenía sólo 442 habitantes y seguía dedicándose a la agricultura.
El 13 de noviembre de 1827 el congreso del Estado de Zacatecas autoriza el inicio de una feria anual de los días 5 al 20 de noviembre a partir del siguiente año, celebración que se cambia en 1851 a abril para ligarla a la fiesta del santo; se dice que el cura don Ignacio Tello de Lomas vendió unos solares que junto con unas tierras del municipio se usaron para definir el Jardín de San Marcos en 1831. Estuvo cercado inicialmente con rosales que se substituyeron por una balaustrada iniciada el 9 de marzo de 1842 e impulsada por el Gobernador General y Comandante Militar de Aguascalientes de 1842 a 1843, don Nicolás Condelle, cómplice en la muerte de don Vicente Guerrero. Se terminó la obra en 1847. Ligados al templo y al jardín estaban un palenque y una plaza de toros.
Son los padres carmelitas los encargados del templo y debido a ello es la importancia de la Virgen del Carmen en el altar mayor que fue realizado en el siglo pasado. Durante la guerra cristera el templo sufrió un asalto el 27 de marzo de 1925, siendo defendido por los religiosos que lo custodiaban.
2.-EMPLAZAMIENTO
El templo de San Marcos de la ciudad de Aguascalientes no queda en lo que podríamos llamar el centro de ésta, ya que como indicábamos con anterioridad, San Marcos era la iglesia del pueblo de indios en las afueras de Aguascalientes, sin embargo éste ha sido absorbido por la ciudad y es la sede de la famosa feria del mismo nombre que se celebra actualmente.
Al frente de la iglesia queda el Jardín de San Marcos que, a diferencia de la mayoría de los espacios verdes actuales, está cerrado por un pretil coronado de balaustradas y con cuatro grandes portadas de cantera tallada. Esto nos hace pensar en cómo habrá sido la alameda de la ciudad de México, pues por las descripciones que existen, ésta debió tener una solución semejante. El jardín está muy bien conservado y contrasta fuertemente, tanto con la aridez de la explanada en que se asienta el templo, como con las calles que lo circundan.
Por planos de la zona levantados en 1946 se aprecia un claustro a la derecha de la iglesia, así como otras construcciones que fueron demolidas para darle mayor importancia al templo, sin embargo, esta zona abierta no se ha arreglado adecuadamente y por tanto se siente un poco desértica y fría, no obstante que todavía conserva diversas dependencias religiosas en ese mismo lado que dan escala al conjunto.
Alrededor de la iglesia casi no quedan construcciones antiguas, debido seguramente a que con la feria se ha elevado el valor de la tierra y muchas han variado su destino de casas habitación a locales comerciales. Incluso a contraesquina con la iglesia se edificó el enorme casino para la feria, el cual, el resto del año queda totalmente sin uso. Este casino se construyó en el llamado estilo colonial, tal vez con la buena intención de armonizar e integrarse con el del templo, cosa que no logra. Afortunadamente, a los costados y en el extremo oriente del jardín de San Marcos aún existen casas antiguas virreinales y del siglo pasado que sí armonizan con el entorno aunque un tanto alejado de la iglesia misma. Al centro del jardín hay una fuente muy grande de estilo neoclásico que seguramente se construyó simultáneamente con las portadas y balaustradas que cierran el jardín, pues éstas son del mismo estilo.
3.-DESCRIPCION ARQUITECTONICA
La iglesia de San Marcos tiene planta de cruz latina, con su ábside rectangular, un crucero cuadrado de cortos brazos y tres tramos más, uno de los cuales coincide con el coro.
La iglesia principal tiene una elaborada fachada que, aunque de estilo barroco, no llega a cubrir con ornamentación todos los espacios disponibles entre las pilastras-estípites y los nichos con santos y aún éstos son un tanto rígidos y sin las estudiadas posturas y los ropajes característicos de la imaginería barroca. El primer cuerpo, con el acceso principal a base de un arco semicircular y un par de estípites a cada lado con nichos entre ellos, se repite en el segundo cuerpo pero al centro queda la alargada ventana del coro con su cerramiento a base de un arco mixtilíneo. En el tercer cuerpo se prolongan solamente las dos estípites centrales enmarcando un nicho con la imagen de la Asunción de la Virgen. Este cuerpo se remata con una moldura semicircular donde se ha colocado una cruz tallada en cantera (al igual que todo el resto de la fachada). Sobre esta moldura se ha colocado un pequeño cuarto conteniendo la maquinaria de un reloj público que desentona fuertemente de la composición general.
En ambos lados de la fachada principal de la iglesia de San Marcos, se han construido torres que denotan dos intervenciones en fechas distintas, aunque parece más probable que la del lado derecho sea la más antigua, pues es menor que la izquierda y se ve más proporcionada en relación a la altura de toda la fachada, si bien estilísticamente ambas son muy semejantes. La derecha tiene su basamento general casi en su totalidad con piedra irregular aplanada dejando solamente en las esquinas sillares labrados y con pequeñas ventanillas o aspilleras para iluminación de la escalera interior. Sobre de este primer cuerpo se levanta otro ya en cantera labrada, de planta cuadrada con un par de pilastras en cada lado enmarcado un alargado arco de medio punto con su balcón de hierro forjado. Encima, la torre lleva un tambor octagonal con un pequeño arco en cuatro de sus lados, rematándose con una cupulita a gajos y una linternilla de planta cuadrada.
La torre izquierda, mucho más alta, es desde su arranque toda de cantera labrada; con arcos remetidos en sus lados visibles. Esta parte de la torre tiene a su vez remarcado con moldura una especie de basamento que coincide con la altura de la puerta de acceso al campanario, la cual se localiza en la parte posterior. Los dos cuerpos siguientes son de igual diseño, pero el superior reduce un poco las dimensiones de su planta, dejando en las esquinas espacio para colocar unos pequeños remates. Cada lado de estos tramos tiene el clásico arco de medio punto con un par de pilastras muy sobrias donde se sostienen los cuatro barandales de hierro forjado. La torre remata con el tradicional tamborcillo octagonal y un cupulín a gajos, los cuales se señalan en sus aristas con nervaduras resaltadas al exterior y una linternilla sobre él.
En el costado sur del templo existe una sencilla portada en cantera, que fue tapiada en una época y la cual parece será abierta nuevamente.
A la izquierda de la iglesia, y con entradas por la nave lateral del crucero y por el exterior, se construyó posteriormente (tal vez en el pasado siglo) una capilla de estilo neoclásico, de una nave dividida en tres tramos, uno de los cuales alberga el coro, tiene un presbiterio con el muro del fondo curvo, lo cual forma al exterior un ábside que en su parte superior se abre con una ventana circular al igual que en la fachada hacia la calle, en la cual sobre una portada de medio punto muy sencilla se localiza un rosetón. Esta portada remata en un frontón triangular roto cuyas puntas se enroscan tímidamente.
Esta capilla tiene, coincidiendo con los arcos que sostienen las bóvedas de arista, pilastras de planta semicirculares, estriadas en su tercio inferior y rematadas en capiteles de estilo corintio en donde se conjugan las enroscadas volutas con las hojas de acanto, sosteniendo alrededor de toda la capilla una serie de molduras que forman el entablamento y la cornisa.
Tanto el altar del fondo de este anexo como los capiteles y molduras están fileteados con oro sobre el fondo blanco de el resto de la decoración. En la parte superior del ábside así como en los muros laterales existen ventanas rectangulares, sobre el presbiterio hay una linternilla que también arroja luz natural al interior.
Las bóvedas de la nave principal del templo se apoyan en los arcos formeros que quedan embutidos en los muros longitudinales de la nave y en los arcos fajones perpendiculares a ésta y que van marcando cada tramo, apoyándose en pilastras por el interior y en contrafuertes al exterior. Estos contrafuertes tienen la característica especial de que están divididos en dos partes; una que es la tradicional adosada al muro y otra más formada por un arco que manda un apoyo más lejos para contrarrestar con más seguridad el empuje diagonal que producen las bóvedas de la nave. Estos arcos sirven también para enviar a distancia los escurrimientos de agua cuando llueve, evitando con esto que los muros tengan humedades en las zonas bajas como en los casos en que a través de gárgolas de piedra se arroja el agua desde las azoteas.
Su aspecto general interior es bastante sobrio, sus bóvedas son producto de la intersección a nivel de dos bóvedas de cañón, lo que provoca la formación de la clásica bóveda de arista. Estas aristas resaltadas bajo las bóvedas se rematan al centro en florones de los cuales penden candiles de cristal con prismas.
Todo el interior de la nave está decorado al estilo purista neoclásico, y así son sus altares; sin embargo se duda mucho de que ésta haya sido su forma inicial, ya que por la fecha de terminación de la construcción de la iglesia (1763) en pleno auge del barroco, como lo demuestra la fachada principal de este templo, era lo normal que los altares se ejecutaran en madera dorada. Desgraciadamente en las comunidades muy ricas, tanto los donantes como los eclesiásticos estaban siempre deseosos de estar a la moda y en cuanto a ésta cambiaba se destruían los altares antiguos para sustituirlos por otros contemporáneos. Esto sucedió seguramente cuando el barroco se comenzó a tildar de ser un estilo de mal gusto dentro de las clases sociales más ilustradas. Sólo queda como magnífico testigo de la época el enorme óleo sobre tela ejecutado por Alcíbar y que existe en la sacristía, la cual se encuentra a la diestra del presbiterio. Este cuadro que posteriormente describiremos con detalle está interumpido en su extremo inferior derecho con un lavamanos labrado en cantera en estilo churrigueresco, el cual es un clásico ejemplo de la decoración barroca original.
En el crucero del templo se levanta una cúpula a gajos con tambor octagonal, el cual al apoyarse sobre una planta cuadrada da origen a ménsulas cóncavas triangulares en las esquinas. Estas pechinas están decoradas al óleo con las clás icas figuras de los cuatro evangelistas.
La cúpula al exterior está recubierta con azulejo en color amarillo-naranja y en sus gajos aparecen escudos de la orden carmelita ejcutados también en azulejo. En la parte superior se corona con una linternilla octagonal con pequeñas ventanas alargadas y un cupulín con remates piramidales y una cruz de hierro forjado al centro.
4.-OBRAS DE ARTE
Debido probablemente al cambio del gusto barroco por el estilo neoclásico no existen en la iglesia de San Marcos muchas obras de arte, sin embargo, las pocas que se conservan dan clara idea de lo que debe haber poseído este templo, por ejemplo, el óleo sobre tela del tamaño total del muro de la sacristía ejecutado por Alcíbar en el siglo XVIII, es una obra sobresaliente de la pintura colonial mexicana, pues tratada a la manera de las grandes composiciones barrocas italianas, presenta la escena de la Adoración de los Reyes Magos como pretexto para pintar una multitud cortesana y de guerreros que acompaña a los tres reyes, quienes esperan para presentar sus obsequios al Niño Jesús, el cual, sostenido por la Virgen se destaca del conjunto a base de un poco más de luz, el Niño y la Virgen están en el ángulo inferior izquierdo y no al centro como es lo común; sin embargo la gran sombra que provoca el establo sobre el cielo concentra la atención sobre ese ángulo. De la composición general del cuadro vale la pena analizar el colorido, el claroscuro, la profundidad y los rostros de los personajes pintados por Alcíbar. Es extraño que se haya escogido para colocar el óleo el muro en que existía el lavamanos de la sacristía y no otro muro, pues la composición tuvo que respetar esa limitación, lo cual cortó la concepción general del cuadro.
Por otra parte el lavamanos es una magnífica obra de decoración en cantera labrada, donde con feliz resultado, se vuelca el espíritu barroco.
Otro objeto más, digno de nuestra atención es la suntuosa cómoda de 5 metros de largo ejecutada en madera y con labor de marquetería que se encuentra también localizada en la sacristía.
5.-BIBLIOGRAFIA Y NOTAS
1). TORRE Rangel, Jesús Antonio. Notas histórico-jurídicas sobre la fundación de Aguascalientes. Ed. Jus. Aguascalientes, 1982. p.10.
2). BERNAL Sánchez, Jesús. Apuntes históricos, geográficos y estadísticos del Estado de Aguascalientes. Ed. Imprenta Pedroza. Aguascalientes, 1928. p.153.
3). TOPETE del Valle, Alejandro. Aguascalientes. Guía para visitar la ciudad y el estado. 3ª de. rev., ed. el autor. Aguascalientes, 1973, p.166.
4). TOPETE del Valle. Op. cit. p.61.
5). GARIBAY K, Angel Ma., et al. Diccionario Porrúa, Historia, Biografía y Geografía de México. Ed. Porrúa, S.A., México, 1964, p.23.
6). TOPETE del Valle. Op. cit. p.167.
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San Marcos