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Nombre del Inmueble
San Miguel
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-000523
Estado, Municipio, Localidad
Estudio Monográfico
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-000523
Contenidos
1.-ANTECEDENTES
Según Kubler, Charo es un asentamiento originado después de la conquista, cuando Cortés llevó a esos parajes indígenas matlatzincas desde Toluca para poblar la región, aseveración que en palabras de Basalenque se asienta así: ... es necesario llevar sabido que la gente deste pueblo no es tarasca, y es de lengua singular que se llama pirinda, por estar enmedio de los tarascos, y por otro nombre se llaman Matlaltzinga trayendo la denominación de Toluca, de a donde vinieron. (1)
También nos relata que el nombre deriva de Characu, rey niño en purépecha, en honor de un soberano de esta raza que, aliado con los matlatzincas para rechazar a los invasores tecas o cuitlaltecas, cediendo a varios de sus capitanes este paraje y le dió su nombre Charao, que es tierra del rey niño, en tiempos anteriores a la conquista.
Terminada la conquista, el rey Carlos V cedió entre sus mercedes Reales la región a Cortés, completándose con este territorio el marquesado del Valle de Oaxaca, del cual eran límite estas tierras; completaban las tales mercedes veintitantos mil vasallos repartidos en siete villas y se puso como nombre al poblado Villa de Matlaltzingo en Michoacán, con todas las excepciones que el título de Villa conlleva. Tuvo Cortés graves letigios por la villa con el rey, habiéndosela este quitado y posteriormente devuleto. El título de villa lo perdió Charo en el siglo XIX, cuando pasó a depender de Morelia.
Las tierras de charo, que como nombre cristiano recibió el de San Miguel, fueron codiciadas por su fertilidad, lo que hizo que se las disputaran varios españoles, pero los descendientes de los matlatzincas fundadores las defendieron con éxito de un Mendiolea, Bravo y Diego Nieto, y hacia 1640, del deán de Michoacán, D. García de Avalos, quien a pesar de sus influencias fué derrotado en el juicio respectivo tres años después.
La doctrina de estos naturales estaba encomendada al beneficiado de Andaparapeo (Indaparapeo) y como era lengua distinta de la de los tarascos, con facilidad se nos concedió (a la Orden Agustina) la doctrina el año de 1550, a N. P. M. Fr. Alonso de la Veracruz, el cual puso por prior al P. Fr. Pedro de San Jerónimo que aprehendió la lengua y siempre estuvo en este pueblo hasta que N. Señor lo llevó a descansar, porque como la lengua es sola y tan dificultosa, el que sale ministro, es necesario perpetuarse. (2)
2.-EMPLAZAMIENTO
En la relación de Basalenque, se menciona que el pueblo está ubicado en un sitio que son tres lomas, que así como para el ser del pueblo le embarazan, porque no tiene buenas calles, ni las casas consecutivas unas a otras para la vista; desde lejos es de grande agrado, porque con la mucha arboleda que tiene y que entre los árboles sobresalen las casas, parecen unos paises de Flandes pintados en un cuadro (3). Es natural que el autor acuda, para su descripción, a la comparación con paisajes de su Europa nativa, y en especial a los de Holanda, la antigua Flandes, cercana en trato y conocimiento a España.
Si bien ya no existen las muchas arboledas que consigna, el paisaje del poblado continúa mostrando el encanto de su trazo irregular, adaptado a los accidentes topógraficos de las tres lomas en que se asienta con sabiduría urbanistíca y muestra aun en su tejido las numerosas casas de gran calidad que, provenientes del siglo XVIII y XIX, con algunos elementos del XVII, permanecen en pie como muestra de la gran riqueza de nuestro patrimonio cultural.
Actualmente Charo es cabecera del municipio del mismo nombre, ubicado al noreste del Estado de Michoacán y de su capital, Morelia, a la que se comunica por la carretera corta que va de ella a la ciudad de México. Dista de la capital michoacana escasos doce kilómetros, y sus principales recursos económicos provienen de la agricultura.
El templo dedicado a San Miguel Arcángel está situado en la parte más alta de la población, en la cumbre del llamado monte San Miguel, desde donde domina a la población y destaca su recia mole sobre azul cielo michoacano. Con su eje principal norte-sur y con un atrio, delimitado por pesada barda de piedra, que se eleva sobre el nivel de la avenida Francisco I. Madero, en la que se encuentra el acceso principal, colinda al poniente con la bella y fresca plaza de la población, siendo su vecindad rica en construcciones de gran dignidad y buena y antigua fábrica. A sus espaldas, y según el cerro va en descenso, ocurre lo mismo con el caserío, que va a perderse en los bien cultivados campos que lo rodean y dan riqueza.
3.-HISTORIA
Nombrado prior de Charo en 1550 fray Pedro de San Jerónimo por el provincial de la orden agustina fray Alonso de la Veracruz, a quien don Vasco de Quiroga, Obispo de Michoacán concediera en ese su último año de provincialato la citada doctrina entre otras varias, lo primero que hizo fue avocarse a la tarea de fundar y construir un convento. Nos relata el gran cronista agustino Basalenque que luego que se vió el P. Fr. Pedro de San Jerónimo en el nuevo pueblo, hizo un jacal muy fuerte y grande (que y lo alcancé), para administrar los santos sacramentos, celebrar las misas y predicar, ordenando las doctrinas (4). Esta primera construcción la inició a la entrada de la cañada de Mezcala, en un sitio llamado los Capùlines, donde se estableció posteriormente la capilla de los Santos Reyes. Una segunda iglesia fué edificada en el lugar que ocupaba en 1729 la capilla de la Magdalena Penitente. (5)
Finalmente, se erigieron convento y templo en el sitio que hoy ocupan. Fué obra de fray Pedro la construcción de la parte baja del claustro, lo que hizo de bien labrada madera, con un dormitorio de seis celdas, una sacristía de bóveda, en la cual fue enterrado a su muerte, que lo sorprendió sin culminar su obra. Se construyó también... un refectorio... todo muy simple y de un solo piso, como en Tiripetió, y aun subsistía en 1729. La iglesia original fue cubierta provisionalmente con un techo de madera (6), aunque fray Pedro solo alcanzó a ver levantados sus muros hasta el nivel de las ventanas.
Sucedió al primer ministro Fray Francisco de Acosta, segundo ministro desta lengua mas de trienta años (7) muerto en el año de 1605 ó 1606, quien cubrió la iglesia con una bóveda entre 1602 y 1605, y erigión una espléndida fachada después de 1568, la cual fue concluida en 1603. (8)
El tercer ministro de Araró lo fue, por más de cuarenta años, Fray Joan de Baena, quien continuó la bóveda de cañón que cubre la iglesia, terminando esta a excepción de la bóveda nervada que cubre al santuario la que fué construida por fray Luca de León en 1629. El responsable de la construcción del segundo piso del convento fué, según Kubler, fray Diego de Soto, quien fallece en el año de 1635. Una torre es construida en el templo hacia la mitad del siglo, antes de 1653.
En 1661, durante el gobierno del mismo Basalenque, un temblor tiró la torre de la iglesia junto con la bóveda del coro. El quinto prior, Simón Salguera, fué responsable de la ampliación de la celda del prior la realización del altar, el dorado de la iglesia y la reconstrucción de las partes dañadas por el terremoto de 1661. Finalmente, fray Matías de Palacios reconstruyó la torre de mampostería poco antes de 1729 (9). Fué en ese año que la Americana Thebaida fue escrita en Charo por Escobar. Un temblor más, el de 1858, acarrea nuevos y fuertes daños al templo, y, de acuerdo con informaciones locales, la torre es reconstruida entre 1901 y 1906, tal como ahora la conocemos.
4.-DESCRIPCION ARQUITECTONICA
González Galván nos dice que, dentro de las obras platerescas que en Michoacan sedieron, hay una corriente culta o académica en mayor grado, a la que corresponden Cuitzeo, Copándaro y Tzintzuntzan, con sus ricas portadas de columnas candelabro, y otra cuyas obras son las mas renacentistas, como en Morelia, Charo, Zacapu, y Zacán (10), y explica que su suntuosa fachada es obra de trancisión de estilos, dado que el esquema estructural de ella, con dos cuerpos y tres calles arquitectónicas corresponde al renacentista y los diseños geométricos que recubren los paños del fondo son manieristas, lo que la hace el mejor de los raro ejemplos de este estilo en el arte novohispano.
En el primer cuerpo se abre el vano de acceso de medio punto moldurado y a sus lados hay columnas lisas pareadas con un nicho entre ellas. Sobre el entablamento de friso decorado corre otro de mayor altura, ornamentado con flores en circulos concéntricos que abarca el basamento de las columnas que, continuación de las inferiores, forman el segundo cuerpo en el que se repiten los nichos entre cada par de ellas. Al centro la ventana coral aparece con porteluz según el gusto gótico, el que genera doble arco de medio punto, forma que trascendió notablemente en la arquitectura popular religiosa de la región.
Sobre el entablamento que cierra a éste segundo cuerpo, un nicho de amplias proporciones bordeado por bajorrelieves de geométricas curvas que simulan soportarlo, tiene sobre él al escudo agustino con sombrero cardenalicio, flanqueado por cortas columnillas que rememoran candelabros. Sobre las dos calles laterales, aparecen frontones sobre remates platerescos, en cuyo centro se repite el escudo agustino. Se cierra la fachada en muro piñón, forma que también habría de perdurar en las portadas michoacanas hasta el barroco, y en su vértice remata un cruz de Lorena de piedra. La decoración que cubre por completo los paños de la portada son de tipo geométrico, sin que falten entre ellos algunos con follajes, como en el caso de las enjutas, los que anuncian ya al barroco. La piedra casi blanca de esta portada, sus proporciones, diseño y fina talla, producen un conjunto de grn originalidad.
A la derecha del templo se encuentra la torre, construida según vimos en los albores del presente siglo, cuya relativa pesadez se debe en parte a la existencia de solo dos cuerpos sobre el cerrado cubo inferior, precaución producto de experiencias previas de los constructores del convento en temblores. El primer cuerpo de ella es, como su cubo, de planta cuadrada y con dos vanos en cada cara, en tanto que el segundo es de planta octogonal con un vano por cara y se cierra con bóveda de media naranja y chaparro cupulín.
Al lado izquierdo del templo se encuentra la portería del convento, cuyos tres arcos se soportan por esbeltas y ligeras columnas de suave galibado; sobre los arcos, y a manera de pretil, se extiende un entablamento renacentista en que los triglifos se alternan con las metopas que contienen el corazón de San Agustín. En el muro interior se descubre un confesonario de piedra con su michoacana concha en la cabecera, ejemplo único del confesonario abierto directamente al atrio.
El interior del templo, de una sola nave y bóveda de cañón corrido como cubierta, muestra su coro alto con bóveda de cañón sobre arco rebajado de cantera, decorado en su intradós. La cúpula se encuentra al término de la nave, antecediendo al presbiterio, y se soporta por pechinas y cuatro arcos torales , sobre pilastras y ménsulas. El presbiterio, con su muro absidal ochavado, se cubre por medio casquete esférico, y en él el altar neoclásico adopta forma de ciprés, con San Miguel Arcángel, patrono del templo, entronizado en éste. Al lado izquierdo se encuentra la puerta de la sacristía, y dos puertas más sobre el mismo muro comunican al convento. Seis altares laterales, tres en cada muro y enfrentados por pares, completan el moblaje del templo, y al igual que el principal, son de estilo neoclásico.
El claustro del convento, fresco y luminoso, es de un solo piso, ya que lo que el cronista Escobar consideró convento alto debió ser simplemente el antecoro, construido sobre la parte trasera de la portería. Similares a las columnas de la portería por gracia y ligereza, las del claustro soportan arcos carpaneles en que se jerarquizan, por su claro, las distintas dependencias; en intradós esta decorado con rectangulos en bajorrelieve, como en el coro del templo y en las enjutas se repite el corazón de San Agustín.
5.-OBRAS DE ARTE
Es importante señalar, en la portada del templo, las esculturas que, alojadas en los cuatro nichos laterales y el que corona la composición, adornan la fachada con la gran calidad de su talla. Provenientes, como la portada, de fines del siglo XVI o principios del XVII, representan, las dos inferiores imágenes masculinas, y las superiores, femeninas, todos santos d la iglesia, en los que una gentil jerarquización coloca a los varones sosteniendo a las virtuosas mujere; acorde con su jerarquía, San Pedro, piedra angular de la iglesia, corona la petrea iconografía con las insignias y atributos papales y, bajo su mano izquierda, la iglesia misma.
El santo patrono del templo, San Miguel Arcángel, está representado por una hermosa imagen tallada, en madera policromada de antigua e ingenua fábrica, al cual le falta la espada en la diestra mano que se levanta amenazante aun. En los altares laterales se encuentra, del lado izquierdo, una Virgen de los Dolores en el cercano al ábside, en el central una muy venerada imagen de Cristo Crucificado, conocida como el Señor de la Lámpara, que atrae fieles desde lejanos puntos y sobre la cual existe curiosa leyenda que perdura en la tradición oral de la región; el altar cercano al coro se dedica a la Purísima Concepción de María, escultura de buena calidad.
Los del lado derecho y en el mismo orden, contienen un Ecce Homo de gran calidad; el central lo ocupa un lienzo con la Virgen de Guadalupe, oleo antiguo de buena técnica, y sobre éste, otro oleo de San José con el Niño Jesús; el último se dedica al Señor San José, con imagen escultórica.
Fuera de los altares mencionados aparecen diversas imágene de variable calidad, destacándose una Virgen del Carmen con niño, una Dolorosa y un Santo Entierro de entre todas ellas por la delicada talla y antigüedad manifiesta.
En el convento con las pinturas murales al fresco su aspecto más interesante, y tanto por su calidad estética como por su antigüedad y temática, son dignos de ocupar un lugar destacado dentro de la vasta producción pictórica del periodo virreinal del país. Usando en ellos basicamente tres colores, el negro en el dibujo de las figuras, el rosa en la carne de manos y rostros y el azul que da ocasionales toques alegres a las pinturas, se logró una gran obra, en la que prodominan escenas de martirologios, amén de dos árboles genealógicos de la orden agustina, tanto en su rama varonil como en la de monjas. El caracter de los lineamientos generales de la composición y de los personajes mismos que los integran se inspiraron aparentemente, al igual que tantas otras obras del siglo XVI, en grabados europeos, probablemente contenidos en libros traidos por los propios frailes.
6.-OBRAS RECIENTES
A partir de la última decada, la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología, antes Secretaría de Asentamientos Humanos Obras Públicas, ha dedicado fuertes inversiones para obras de restauración y conservación de este importante movimiento histórico.
Dentro de los trabajos ejecutados, y apegándose a las normas internacionales de la restauración de monumentos, se han efectuado, entre otras cosas, la consolidación de techumbres en claustro y convento, dando tratamiento adecuado a la viguería de madera y al acabado de azoteas para evitar filtraciones y humedades; se ha trabajado en forma importante la pintura mural del claustro, fijando los aplanados en que s encuentra donde estos estuvieron desprendidos del muro, eliminando hongos y otros elementos que amenazaban el deterioro de la pintura y fijando ésta en forma adecuada.
También se realizaron obras de consolidación en la estructura del convento, además de diversas labores de mantenimiento que han coadyuvado a la permanencia de este importante elemento del patrimonio cultural del país.
7.-NOTAS BIBLIOGRAFICAS
1. Basalenque, Fray Diego de. HISTORIA DE LA PROVINCIA DE SAN NICOLAS DE TOLENTINO DE MICHOACAN en Los Agustinos, Aquellos Misioneros Hacendados Pág. 135-136.
2. IBIDEM. Pág. 138.
3. IBIDEM. Pág. 137.
4. IBIDEM. Pág. 138 - 139.
5. Kubler, George. ARQUITECTURA MEXICANA DEL SIGLO XVI. Pág. 612.
6. IBIDEM
7. Basalenque. OP. CIT. Pág. 138.
8. Kubler, Op. Cit. Pág. 612.
9. IBIDEM.
10. González Galván, Manuel. ARTE VIRREINAL EN MICHOACAN. Pág. 66.
8.-BIBLIOGRAFIA
Basalenque, Fray Diego de. HISTORIA DE LA PROVINCIA DE SAN NICOLAS DE TOLENTINO DE MICHOACAN, en Los Agustinos Aquellos Misioneros Hacendados. Introducción, Selección y Notas de Heriberto Moreno. Scretaría de Educación Pública. Serie Cien de México, México, 1985.
Kubler, George. ARQUITECTURA MEXICANA DEL SIGLO XVI. Fondo de Cultura Económica. México, 1983.
González Galván, Manuel. ARTE VIRREINAL EN MICHOACAN. Frente de Afirmación Hispanista, A. C. México, 1978.
Escobar, Fray Matías de. AMERICANA THEBAIDA, CRONICA DE LA PROVINCIA AGUSTINIANA DE MICHOACAN. Balsal Editores. Morelia, 1970.
ELABORO: ARQ. RAMON M. BONFIL
FECHA: 1985.
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