Originalmente estuvo en este sitio una capilla dedicada al Sr. del Rincón, fué fundada antes del siglo XVIII, ya que aparece en el plano urbano de ese siglo, a fines del mismo se encontraba en condiciones inhabitables, por lo que se determinó restaurarla con recursos donados por una creyente dedicándose a partir de 1983 a la Virgen de Lourdes. En 1968 y 1970 se remodeló de igual manera que muchos edificios morelianos. En el archivo de bienes inmuebles de Hacienda se habla de una casa cural anexa, que hoy ya no le pertenece.
Se ubica de oriente a poniente, quedando la fachada hacia el acueducto flanqueándose el predio por la Madero y la Calzada de San Miguel.
El atrio es una pequeña plazuela empedrada que se confunde con la banqueta carente de delimitación alguna.
La fachada es de un solo paño, con paramento liso cortado por una portada del siglo XVIII, simple, consistente en un acceso con arco de medio punto con extradós y jambas acanaladas separadas por la imposta, se flanquea de pilastras de capitel toscano y paramento tablerado que soporta un entablamento moldurado con una flor sobre la clave del arco que se decora con una venera.
Sobre la cornisa superior surgen dos pináculos a la manera de balaustres que enmarcan el óculo elíptico del coro construído en el siglo XIX. El frontis de la fachada es un imafronte piramidal trunco de trazo mixtilíneo con una cruz en la cumbre sobre peana esférica. En los extremos del paramento, sobre la cornisa desplantan pequeñas torrecillas cuadradas del siglo pasado con pilastras tableradas y arco de medio punto con una cornisa en saledizo decorada con flecos y almenas sobre las cuatro esquinas; al centro el cupulín con azulejo de cerámica blanco y azul remata con un pináculo de perillón. Contienen dos campanas fechadas: Nuestra Señora de Lourdes en 1900; y San Rafael 1924.
La nave es rectangular, de ábside plano, dividida en cuatro cuerpos mediante pilastras con capitel toscano que extienden sus molduras a lo largo de la nave para servir de apoyo a cuatro bóvedas de lunetos en donde se ubican dos ventanas separadas por arcos fajones. El coro ocupa el primer cuerpo de la nave sobre el acceso.
Los muros están aplanados y pintados con vinílica al igual que las bóvedas; el piso es de mármol.
En el ábside está en un retablo que alberga a la Virgen de Lourdes con Bernardita, la cornisa moldurada divide el segundo cuerpo con un nicho que alberga un Cristo de pasta de caña que es la única pieza relevante del inmueble.
