Imagen principal
Clave del inmueble
MX-SC-DGSMPC-BI-000644
Nombre del Inmueble
Santa María de la Asunción
Periodo legal del inmueble
Circunscripción eclesiástica
Época
Siglo XVI
Siglo de creación
Antecedentes históricos
El conjunto de Sta. Ma. Huiramangaro consta de atrio, templo, casa cural y huerta; el antiguo hospital que formaba parte del mismo inmueble fué segregado por una calle y la subdivisión irregular de los terrenos que pertenecían al monumento en favor de particulares. En fechas recientes continúan las invasiones, esta vez por parte de las autoridades gubernamentales, quienes al sur del conjuto, amputaron parte de la huerta para construír una clínica y una jefatura de tenencia, esta última, francamente espantosa, y colocada exactamente enfrente del bello portal que forma parte de los anexos parroquiales obstaculizando su visibilidad. Ambas construcciones son de mal gusto y rompen con la sobriedad y belleza del conjunto.
El atrio, uno de los pocos que se conservan como propiedad del templo en la sierra tarasca se delimita con una pequeña barda en la que la colocación de la mampostería fué realizada sin pretensión artística alguna, careciendo de portadas o cualquier otro elemento decorativo, se interrumpe por una reja de mal gusto que marca el acceso desde la calle; al centro sobre un basamento de cantera se yergue la cruz atrial del mismo material que como ya dijimos ostenta los símbolos de la orden de los franciscanos.
Huiramangaro, al igual que la mayoría de los templos primitivos de Michoacán, fué construído carente de torre, por lo que hoy las campanas se ubican en una estructura exenta formada de cuatro grandes troncos que sustentan una plataforma sobre las que cuelgan las campanas que a su vez se protegen por una sencilla cubierta de madera y tejamanil, formando un elemento de belleza natural extraordinario. En varias ocasiones los vecinos han intentado construir una torre de "material", según puede verse las puntas de varilla que salen justo a la esquina Nor-poniente de la nave, por suerte esto no se ha llevado a cabo, ya que un agregado de ésta índole alteraría la sobria silueta del templo y la originalidad de ser uno de los pocos que se conservan sin adosamientos ajenos y que muestran cómo fueron las primeras construcciones franciscanas de la región.
La fachada de la nave sorprende por su sobriedad, siendo de tal sencillez que se requiere de una gran sensibilidad artística para apreciarla, y entender que es erróneo compararla con las espléndidas portadas barrócas y virreynales, ya que es básicamente no inferior, sino "diferente", ante ella, el observador no puede dejar de imaginarse que con ésa proporción volumétrica, el hoy desaparcido labrado plateresco la haría semejante a una delicada pieza de orfebrería, sin embargo a pesar de que sólo se conserva la cantería del arco de acceso construído con grandes dovelas de cantera y amplias jambas monolíticas que muestran a las claras el haber sido despojadas de sus tallas (quizá con el afán de modernizarlas) y el alfíz muy franciscano que lo enmarca; así como la pequeña ventana ajímez del coro, con su propio alfíz, ésta fachada conserva la bella proporción aurea de su trazo. Ha desaparecido el frontón del remate que debió albergar el nicho con la imagen de Santa María, en su lugar la techumbre se inclina hacia el frente y protege con su alero la cenefa de policromía al templo en tonos pastel que decora la parte superior del aplanado de topure que enjarra la fachada.
El resto de la nave por el anterior carece de aplanados, los muros son de adobe desplantados sobre mampostería junteada con lodo y enmarcan una amplia planta rectangular de 35 m. de largo por 11 de ancho. Resulta curiosa é sta dimensión de claro que se rige por los principios benedictinos europeos, y es igual al de Mont-Saint-Michael en Francia de fuerte influencia Cluniaciense, Braunfels nos comenta al respecto refiriéndose a un monje que acompañó al cardenal Pedro Damián a Clunny y que dejó su relación de la visita, diciéndo que también Mont-Saint-Michael tenía "... una anchura de más de 11 m. (34 pies), es probable que tuviera una doble hilera de soportes si bien la nave no estaba abovedada. Si uno se imagina éstas proporciones, se comprenderá que éste monje romano de 1063 se sintiera impresionado..."(25 pág. 83)
No podemos menos que opinar igual, ya que el claro de 11 m. de Huiramangaro se libra con una sencilla pero bien diseñada estructura de madera formada por tirantes transversales que se ensamblan a arrastres en par perimetrales, que cargan cabrios verticales y tijera sustentantes de los pares o alfardas en donde a base de fajillas se coloca la teja, ligados en el sentido longitudinal por una viga de caballete; sobre canes empotrados al muro se apoya la vigería en forma de tirantes secundarios a los que se clava el tablado que conforma el plafond.
Este último elemento es el que nos llena de admiración ya que es básicamente popular, y podría llegar a la cursilería por su abarrocamiento, sin embargo impacta y agrada por su originalidad e ingenuidad, predomina en ella el tono azul de María con el oro de la pureza de la Virgen, ésta realizada a base de agua-cola y temples de tierras naturales; logrando una bella integración del espacio enmarcando sin quitarle mérito al único retablo plateresco del Siglo XVI que se conserva en la región que aunque muy deteriorado de gran dignidad al recinto, es probablemente el mismo que la inspección ocular dice "que es una escultura y distribución de partes, muy superior a la que hoy comunmente se usa", y que por suerte no fué destruído como los demás para dar paso a otras tendencias artísticas.
La nave se subdivide en tres partes a través de arcadas de madera que forman el coro, el cuerpo de la nave, y el antepresbiterio.
La sacristía y la casa cural son ejemplares propios de la arquitectura doméstica a base de lodo enjarrado, cubierto con techumbre de madera y teja; se desarrolla a lo largo de un pórtico de columnas de madera y basas de piedra; en el interior se acumulan puertas y piezas de madera que pertenecieron al templo; en uno de los locales se encuentra una cocina de bracero típica de la meseta tarasca; que es usada por la familia a la que por turno de un mes le corresponde cuidar el edificio, siguiéndo así la antigua organización implantada por D. Vasco de Quiroga.
El edificio fué afectado en forma considerable por los recientes sismos, sobre todo en el aspecto estructural, ya que la oscilación sísmica provocó grietas en los muros al ser éstos empujados por la armadura, sufriéndo ésta última desplazamientos de su lugar original, fallando en puntos donde la humedad había provocado pudrición en los arrastres.
En el interior, algunas vigas, debido a la pérdida de recinas naturales, sufrieron flambeos, colgándose a su vez el plafond.
La polilla es otro tipo de afectación del inmueble, aunque generalmente la madera está sana, algunas piezas expuestas al exterior la padecen. El plafond presenta manchas de humedad con pérdida de policromía y de junteo en las piezas.
La SEDUE ha iniciado acciones con la finalidad de rescatar tan importante monumento.
Planta arquitectónica (original)
Una Nave
Categoría arquitectónica
Estado, Municipio, Localidad
Michoacán de Ocampo > Pátzcuaro > Santa María Huiramangaro (San Juan Tumbio) (160660013)
Nombre de la vialidad o calle
Principal
Número y/o identificador de la vialidad o calle
s/n
Nombre del tipo de asentamiento humano o colonia
N/A
Código Postal
60610
Otra localización
Huiramangaro
Tipo de uso del inmueble
Uso actual del inmueble
Orden religiosa (original)
Sin Identificar