Imagen principal
Clave del inmueble
MX-SC-DGSMPC-BI-003476
Nombre del Inmueble
Santa María Magdalena
Periodo legal del inmueble
Circunscripción eclesiástica
Época
Siglo XVI
Siglo de creación
Antecedentes históricos
Antecedentes:
El conjunto que conforman la capilla y el antiguo casco de la Hacienda de los Oñate revisten gran importancia ya que este personaje fue el encomendero de Tacàmbaro. Cristóbal de Oñate "el viejo", capitán, conquistador y gobernador de la Nueva Galicia quién envió una invitación a la orden religiosa de los agustinos para que fuesen a evangelizar la tierra de su encomienda.
La capilla formó parte de la hacienda la cual hospedó a los frailes fray Juan de San Román y fray Diego de Chávez a su llegada en 1538 antes de que se fundara la población de Tacàmbaro, Escobar dice en su crónica: "... La casa del noble Oñate fue mansión afortunada de nuestros padres.
Luego se dio principio a una capilla con una dilatada casa pajiza, la capilla para celebrar y la otra pieza grande para catequizar. Pùsose la primera piedra de la primera iglesia por los dos frailes en 1538. Era a la sazón Pontífice Paulo III, emperador Carlos V, rey de España Don Felipe II, Virrey de la Nueva España Don Antonio de Mendoza, Obispo el ilustrísimo Vasco de Quiroga..."
Dos años después de la evangelización de la tierra caliente de Michoacán y Guerrero y de establecer los conventos de Tlapa y Chilapa pacificando a los bravos indios tecos y tlapanecos regresaron a Tacàmbaro "... donde juntos con el insigne Don Cristóbal de Oñate se principió el convento e iglesia..." en el que posteriormente se fundaría el priorato el año de 1540.
Algunos testigos locales que dijeron que se había iniciado la práctica del culto público en 1741, dato que quedó en la memoria de los habitantes y que seguramente corresponde a la fecha en que la capilla pasó al clero secular y que derivó en su reconstrucción, adquiriendo desde entonces el aspecto y características constructivas que hoy conocemos.
El tiempo y la falta de párroco propiciaron su destrucción ya que desde 1979 dejó de funcionar debido al derrumbe del techo. Sería hasta 1998 en que dado el estado ruinoso de la finca cuyo vestíbulo exterior estaba convertido en porqueriza, se asignaron recursos para el rescate de tan importante edificio hoy totalmente restaurado y en funciones.
Descripción:
La capilla se ubica en medio de un predio que apenas se delimitaba por un mal trazado camino de tierra, carece de atrio, ya que el terreno que se encuentra al frente es compartido por lo que fue la casa del encomendero. En los últimos meses el Ayuntamiento de Tacámbaro le colocó una reja que delimita el conjunto y que altera en gran parte su imagen inicial.
El conjunto consiste en vestíbulo, nave, sacristía y portal anexo, en la parte posterior se localiza la casa de los cuidadores.
El vestíbulo se encuentra al frente de la nave hacia el exterior, orientado al sur en donde se ubica la exhacienda, su nivel es más alto respecto del terreno circundante y conserva aún las losas de cantera que se colocaron en el siglo XVIII, se ingresa a él a través de un arco de medio punto que ve hacia el oriente y que está labrado en cantera con extradós acanalado y clave resaltada mismo que descansa sobre amplias jambas decoradas con guías floridas; en la parte superior el muro en que está insertado remata con una cornisa sobre la que desplanta, al centro, una cruz de piedra que fue recuperada de entre los escombros.
Dicho vestíbulo está delimitado por un murete de mampostería unida con mezcla de cal que sirve de apoyo a tres columnas de fuste octagonal colocadas sobre basas de extraño diseño que presentan veneras y rostros de angelitos, mismas que por sus características son inusuales en el estado de Michoacán, los capiteles son cuadrados y presentan ornamentación que simula flecos de plumerìa invertida, conservan vestigios de color aplicado en sucesivas capas de cal y fino estuco. En el extremo poniente del mencionado vestíbulo se observan tres columnas cuadradas diseñadas a manera de almenas que están hechas en mamposteo y rematadas en forma piramidal que alguna vez sostuvieron las campanas ya inexistentes.
La fachada tiene características barrocas totalmente ajenas a las obras michoacanas, el acceso es un arco de medio punto profusamente moldurado a la manera de las obras agustinas con una cruz labrada en la clave, descansa sobre gruesas jambas decoradas con guirnaldas floridas con basa y capitel toscanos; se flanquea de nichos de una sola pieza labrada en cantera con guarda malletas decoradas con motivos vegetales y columnillas delimitando el vano; el dintel semi hexagonal se abocina para crear los nichos cuyas imágenes interiores se han perdido, estos últimos están rematados por una cornisa de la que pende un flequillo dentado.
En el extremo exterior flanqueando los nichos se encuentran pilastras estípites cuya talla indica un buen cantero pero desconocedor de la proporción propia de un artesano no docto en las obras barrocas. Las pilastras se conforman de elementos decorados; la sección inferior presenta un corazón flamígero del que pende una guirnalda florida cuyo remate es un racimo de uvas que más bien parece una mazorca; en la sección media vemos el rostro de un angelito y en la parte superior una guardamalleta con cintas y borlas similares a las ínfulas obispales. El capitel imita el orden compuesto, pero es evidente la mano inexperta del tallador. La basa muestra también una regular talla sobre un elemento cuyas proporciones no son las ideales en el que están representadas caras fitomorfas de cuya boca entreabierta brota vegetación manierista.
Se observan restos de color en los aplanados a dos capas superpuestas siendo la tonalidad de rojo almagre la mas antigua y un azul añil la mas reciente. Una cornisa que une ambas pilastras hace las veces de cerramiento y sobre ella ocupando la parte media del tímpano que conforma el remate de la fachada siguiendo el trazo de la techumbre a dos aguas se localiza el nicho que se recuperó de entre los escombros en el cual se alberga una talla reciente de Santa María Magdalena.
La planta es rectangular, delimitada por gruesos muros de adobe que fueron reconstruidos hasta el nivel original, cuenta con tres vanos colocados en los largueros a los que se les protegió con ventanería de madera a cuadros remarcada por marcos de cantera, cada vano ocupa una parte del muro delimitada por contrafuertes. El acabado es con enjarre de lodo aparente tanto en el interior como en el exterior y el piso de losetas de barro fue repuesto en su totalidad ya que las piezas originales se dañaron de manera irreversible por haber estado cubiertas con el lodo de los muros desplomados durante casi dos décadas.
La sacristía se ubica a la altura del presbiterio en el lado poniente de la iglesia, es de reducido tamaño y el único elemento decorativo es la pila de agua bendita, el pequeño vertedero está labrado en una sola pieza de cantera siguiendo el diseño de un cáliz de flor sobre un botón invertido de la misma especie vegetal que pende sobre una pilastra decorada con tallas floridas. El nicho con forma de hornacina de medio punto abocinada remata con una venera, conserva varias manos de pintura al temple en tonos rojos, ocres y azules. Un vano comunica hacia el exterior donde se encuentra un pórtico que fue reconstruido siguiendo los vestigios que se encontraron en el lugar, se delimita por un murete sobre el cual se apoyan basas de cantera que sirven de desplante a columnas o pies derechos de madera cuadrados con las esquinas ochavadas.
En esta área se conservaba el pavimento empedrado, rampante con algunos escalones de poca altura que fue substituido por un piso horizontal de piezas de barro con el fin de utilizar el espacio que originalmente debió servir para el acceso en carreta o posiblemente en calandria.
La techumbre se diseñó respetando la pendiente a dos aguas que se observa en las fotografías de archivo aunque quizá fue diferente y se tendía al frente para apoyarse en las columnas del vestíbulo formando un nártex Está constituida por vigas pares con nudillo y una tablazón que se fija a ellas creando una cubierta tipo árabe de faldones y almizate. En este último se colocaron representaciones de la vida de Santa María Magdalena realizadas por un pintor de la academia de San Carlos llamado Francisco quién continúa con el decorado de los faldones que aún no ha concluido.
El altar se diseñó repitiendo el arco del acceso e insertando en un nicho similar a los existentes una imagen de Cristo crucificado. Se localizaron tres piezas labradas en piedra del siglo XVI que pertenecían al inmueble: una representa a la Inmaculada Concepción, otra a Santa María Magdalena y otra a una peana que seguramente soportaba una cruz de la cual se desconoce su paradero, que seguramente en conjunto formaban parte de un Calvario. Se recolocaron en la capilla: la primera, al pie del altar en el interior de la nave; la segunda sobre una columna en el exterior flanqueando el acceso y la tercera en el presbiterio.
El anexo se ubica en la parte posterior de la nave, está conformado por dos habitaciones de adobe con enjarre aparente en ambas caras y con el techo inclinado a dos aguas, una de ellas cubre los cuartos y la otra forma un portal soportado por horquetas de madera que fungen como pies derechos, el piso se colocó de barro.
Planta arquitectónica (original)
Una Nave
Categoría arquitectónica
Estado, Municipio, Localidad
Nombre de la vialidad o calle
Domicilio conocido
Número y/o identificador de la vialidad o calle
N/A
Nombre del tipo de asentamiento humano o colonia
N/A
Código Postal
N/A
Otra localización
La Magdalena
Tipo de uso del inmueble
Uso inicial del inmueble
Culto público
Uso actual del inmueble
Orden religiosa (original)
Sin Identificar