El pueblo de Santo Domingo Tlaltenango estuvo considerado como sujeto de San Juan del Rey en el siglo XVIII, considerado como asentamiento nuevo.
Su templo es de una sola nave, construido con gruesos muros de mampostería reforzados con contrafuertes, y cubierto con bóveda de cañón corrido.
Dos pesados basamentos flanquean su portada, siendo el del lado sur el único con campanario.
La portada de remate curvo consiste en el acceso de medio punto enmarcado, y el óculo de la ventana coral inscrito en un pórtico con frontón triangular.