La Divina Pastora

Descripción del bien mueble

El tema de la Virgen o de Cristo como pastores de un rebaño de ovejas se convierte en común después del siglo XVIII. María Reina, pues está coronada por dos angelillos que vuelan sobre su cabeza sosteniendo una gran corona, está sentada en medio de un paisaje cuya línea de horizonte es muy alta. Encima de su traje rosa, lleva puesta una piel de cordero como la que usan los pastores. Y sobre ella el manto azul. Seis ovejas la rodean, tienen rosas en la boca, con las que la Virgen las está alimentando mientras acaricia a una de ellas con delicado ademán. La obra es correcta, el dibujo cerrado, aunque el juego de luz y sombra en el interior de los planos de color, así como el movimiento y alternancia de las líneas internas, le dan un poco de movimiento. Detrás de esta escena principal, en medio de un verde paisaje, un lobo corre tras una oveja. La que se alejó del rebaño se expuso al peligro. Las que están cerca de la Virgen gozan de su protección y cuidados. El mensaje devoto es muy claro y directo. Lejos estamos de la simbología barroca intrincada o de las alegorías sofisticadas para las cuales se necesitan claves de acceso.