Esta Es Una De Las Representaciones Más Conocidas De San Francisco De Asís. El Santo Está De Pie En Medio De Un Espacio Anodinamente Neutro. Está Vestido Con El Hábito De La Orden Y En Una Mano Tiene Un Crucifijo Y Con La Otra Sostiene Una Calavera. El Rostro, Sigue Todas Las Convenciones Conocidas Para La Representación De Este Santo; Barbado Y Tonsurado, De Rasgos Muy Finos, Profundas Ojeras, Pómulos Muy Marcados Por Una Extrema Delgadez. Todo Provocado Por Un Exceso De Disciplina, Poca Y Mala Alimentación Y Penurias Físicas Extremas.
Detrás De La Cabeza Del Santo Se Ve Un Rompimiento De Gloria De Llamativas Formas, Porque Cada Nube Se Abre Como Simétrico Algodón. El Brillo Se Hace Más Intenso Detrás De La Cabeza Del Santo.
Por Otra Parte, Una Luz Exterior También Ilumina Al Personaje, Pues Con Intensidad Cae Sobre El Hombro Y Sobre La Pierna Adelantada Que Se Quiebra De Manera Firme A La Altura De La Rodilla. Los Pliegues Del Hábito Son Profundos, Muy Marcados También Por Efectos De Luz.
La Pintura Está Colocada En Un Estrecho Pasillo De Ingreso A La Sala De Visitas Y Además De Una Mejor Ubicación, Necesita Una Restauración.
