Esta Es La Primera De Una Serie De Óvalos Que Están Colocados A Lo Largo De La Nave, Representando El Ciclo Mariano Y El Ciclo De La Infancia De Cristo. No Están Colocados En Un Orden Que Permita Una Lectura Secuencial. Algunos De Los Que Se Observan De Cerca -en Realidad Dos De Ellos- Están Firmados Por José De Ibarra, Sin Fecha. Es Absolutamente Posible Atribuir A Ibarra La Serie Completa.
En Este Caso Se Trata De La Escena De La Adoración De Los Pastores. A Pesar De Lo Reducido Del Espacio, El Pintor Organizó De Tal Manera La Composición Que Los Personajes No Se Sienten Encerrados En El Óvalo. Dos Pastores Se Encuentran En El Lateral Izquierdo, Una Joven Campesina Se Arrodilla Frente A Jesús, En El Mismo Lateral Inferior. Del Otro Lado, Se Ve A La Figura De San José Quien Extiende Sus Manos Hacia El Niño. Su Papel Es Más Destacado Que El Que Le Diera La Tradición Iconográfica De Los Siglos Xvi Y Xvii. Sobre Él Vuela Un Angelito Con La Filacteria En La Que Se Lee, Gloria In Excelsis... Un Burro Y Un Buey Asoman Sus Cabezas Completando La Composición. Es Interesante Observar Que El Centro De La Escena Son El Niño Y Su Madre, No Solamente Por Ubicación, Sino También Por El Color Tanto De La Ropa Como Por El Brillo De La Luz Que Los Ilumina A Ambos.
María Está Vestida De Azul Y Un Rojo Brillante. Sostiene Con Ambas Manos Un Paño Blanco En El Que El Niño Está Envuelto. Alrededor De La Cabeza De Éste, Se Ven Rayos Dorados De Luz, Que Muestran Su Naturaleza Divina. El Niño No Está En El Suelo Y Solamente Se Ve Una Parte De Su Cuerpo.
La Escena Se Narra En El Evangelio De Jucas (2, 7-16). Según El Evangelio Los Pastores Fueron Advertidos Por Un Ángel, Que Había Nacido "cristo", "el Señor", "el Salvador" Y Que Lo Iban A Encontrar Envuelto En Pañales, Y Acostado En Un Pesebre.
